No siendo muy futbolera, que no lo soy, sí que he solido ver a menudo partidos, cuando hay garantía de poder asistir a un espectáculo de buen fútbol (y no de lucha libre o similar en que se acaban convirtiendo algunos encuentros...). También se que hay política, y mucha, entre las aficiones de los equipos y me parece muy bien y es por esto que he sentido una gran pena, decepción y mucha vergüenza ajena por el mal trato y abucheo que recibió el Barça y sus seguidores, en la última visita que hicieron a Anoeta el día 19 (víspera del gran día de la Tamborrada) por la agresiva actitud de la afición realista frente al equipo culé, embajador deportivo por excelencia de Catalunya, que bien pudo parecer un partido que se estuviera jugando en tierras de casposa y franquista España profunda. Un desgraciado mal rollo, vaya, que a saber de donde salía. Nunca se ha visto, ni se verá, ese mismo mal trato a los equipos de vascongadillas, o al Osasuna (no merecen llamarse de Euskal Herria ) en sus visitas al Camp Nou catalán y eso lo sabéis bien quienes habéis ido. Mi mucha simpatía por la Real se ha desvanecido, ya lo siento... Visca el Barça i Visca Catalunya.