Iulen Lizaso Aldalur | Hernani

Mayores e instituciones

Como es habitual, en la concentración del lunes 29 de abril la portavoz de la Plataforma de Alderdi Eder nos informaba; esta vez sobre los reiterados incumplimientos del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Donostia, a partir de aprobar por unanimidad una moción en el pleno del 3 de marzo de 2018.

Tres puntos para una dinámica práctica, que de haberlos hecho operativos, hoy estarían cubiertas las necesidades prioritarias de todas las «personas jubiladas y pensionistas con escasos ingresos» de Donostialdea. Descuidado, pero por otra parte muy celoso a la hora de multar y reclamar por dos veces el pago, a quien reivindica esa precariedad, escribiendo sobre la arena de la playa a sabiendas que a las 6 horas queda todo borrado por la subida de la marea.

A la vista de los incumplimientos, la Plataforma el 20 de septiembre y 14 de diciembre, consiguió la reaprobación de los tres puntos a través de sendas mociones de control, pero pasados catorce meses, ni reciben a la Plataforma ni contestan a los escritos en el Registro, siendo el último en abril de 2019, animándoles a que, de una vez... pasen de las palabras a los hechos.

Muchas viudas en precario, no reciben dinero de partidas aprobadas y queda sin utilizar, por ignorarlas a causa de su desconexión tecnológica. Este déficit de servicio hoy lo cubren personas voluntarias de la Plataforma, informando en hogares del jubilado y asociaciones de tercera edad, queriendo llegar a más, al insistir desde hace un año sin éxito, conocer el censo y dirección de viudas mayores «analfabetas» de lo digital y resolverles en lo que les queda de vida, pero en la cocina de su casa y no en las frías pantallas y ventanillas públicas.

Que duro e injusto que, tras tantos años de entrega abnegada, día... ¡y noche! aún tengan que sufrir las consecuencias... de una sociedad patriarcal.

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