Iñaki Armentia Arsuaga

Meritocracia

Un estudio reciente de la UPV ha llegado a la conclusión de que una de las causas del declive de Fagor electrodomésticos fue el nepotismo. Para mí el cierre de cualquier empresa es siempre una mala noticia, pero cuando el cierre afecta a un referente del movimiento cooperativista me parece incluso más lamentable.

El nepotismo, entendido como contratación de familiares, amigos, vecinos y correligionarios políticos, es siempre una práctica muy nociva para toda empresa. Supone no elegir a la persona más adecuada para un puesto determinado, conlleva la desmotivación y el enfado de aquellas personas que consideran el proceso selectivo utilizado como ilegítimo, y compromete los futuros procesos selectivos, puesto que quien no ha entrado de forma legítima en una empresa jamás apostará por un sistema de méritos.

Para evitar estas prácticas tan injustas e ineficientes es necesario que en las empresas se regulen unos procesos selectivos para la contratación, promoción y nombramiento de jefaturas y directivos, siempre tutelados por tribunales imparciales. Es también necesario definir las plantillas funcionales de las empresas donde se recojan los méritos de formación y experiencia exigibles para cada puesto de trabajo. Méritos que lógicamente no varíen en función del aspirante al puesto.

Por último, en estos tiempos en que el movimiento feminista reivindica, con razón, la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, yo creo que va siendo hora de que reivindiquemos la igualdad de oportunidades para todas las mujeres y todos los hombres, apostando por una valoración objetiva de méritos y desterrando definitivamente el nepotismo tan arraigado en nuestra sociedad.

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