Luisa Victoria Iturri Arriaga

Mi humilde y tardía opinión (Y no es por fustigar, ¿o sí?)

Tras reaccionar dolida, decepcionada por los resultados de las elecciones del 20D pasado, he dejado transcurrir días sin decidirme a escribir a ese diario, y se me han anticipado otros analistas y opinadores con más peso específico aparente que yo, por lo asiduos, principalmente.

Después de admirar y aplaudir –en mi fuero interno únicamente– a Sabino Cuadra «Sabinaundi» por sus gestas y gestos (arranque y rotura de páginas de la sagrada e intocable constitución española) ahora pienso si eso no les habrá parecido a muchos de los que nos rodean, estúpida y estéril chulería.

Y, ¿qué decir sobre la afición a los alardes, por parte de la izquierda abertzale? Siempre mostrando sus cartas anticipadamente, en vez de ser más ladinos, taimados incluso, lo que consigue, parece, es que las «bestias pardas» de siempre le copien y se le adelanten invariablemente.

Es el caso de Aldaketa: No sé, parece haber sido contraproducente el propalar esto a los cuatro o los siete vientos, pues todos los demás partidos anunciaban y ofrecían Cambio. Y, lamentablemente, ha quedado patente una vez más, nuestra carencia de originalidad y capacidad de innovación.

Prevengo a quien corresponda, desde ya, que no me vengan con eso de «tender la mano» (por cierto que de esto a lo cristiano de «poner la otra mejilla», con lo que me machacaron y que demostró ser pura frase hecha o consigna incumplida, hay poco trecho).

Buscar