Iñaki Ereño Bengoa

No es limpio el que limpia, sino el que no ensucia

En tan solo unas horas he pasado de bailar entre vasos de plástico a recoger restos de tales en la arena. En un esfuerzo de apertura de conciencia me he plantado en la playa de Ereaga revolviendo granos en busca de esos microplásticos. Ha sido emocionante ver a toda esa gente que ha acudido a la llamada de Greenpeace y Jon Kortajarena. El choque de sensaciones ha llegado a brotar una idea en mí, que la traslado en forma de propuesta. Con la llegada de la primavera comienzan las fiestas. Sería admirable que los pueblos costeros encajaran en su programación una recogida de basura en sus playas. Actividad que ayuda a sensibilizar y visibilizar el grave problema de contaminación ambiental. Claro que no solo se trata de limpiar, sino de reducir, reciclar y reutilizar. Así me lo enseñó mi aitite: «No es limpio el que limpia, sino el que no ensucia».

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