Javier Orcajada del Castillo, Bilbao

No penséis: «yo os redimiré»

Los profetas redentores políticos modernos ya solo hacen reír, pues son matones que creen que han descubierto el elixir para la salvación de la humanidad. Parece una maldición satánica y no acaban de entender que terminarán fracasando. Los más irrisorios, aunque también más crueles, fueron Hitler, Stalin, Mussolini, Franco. Ahora el payaso listo es Netanyahu y el tonto Trump. Son solo cómicos a juzgar por las aventuras del «Rubio de los aranceles» o el «Vengador sionista», cuya filosofía en Gaza es «el derecho de Israel a defenderse», contra los ataques de niños, mujeres y ancianos de Gaza que componen las poderosas fuerzas armadas palestinas, enfrentadas a USA, OTAN con el silencio de los estados «gallina de la UE» que miran de perfil a Ucrania, Palestina y Sudán. Los «redentores» ignoran que terminarán derrocados o huyen, cuando no colgados de un poste o se suicidan como «pavo real desplumado» Pero, mientras ocupaba el poder fue paternal y aconsejaba a los bisagra: «No se meta Vd. en política», pocos se atrevían a dedicarle pareados o cómics irónicos. Si la sucesión del redentor era violenta, el preso se convertía en héroe nacional o era liberado y ya achacoso, escribiría sus hazañas con la pretensión de memorias que solo leerían sus familiares. Ese es el resultado de la aparición de esos «bisagras progresistas» sobrevenidos, pues la mayoría de los que se aprovecharon de los «momios» que generaban los redentores se transformaban en demócratas y eran los más crueles críticos de quien les alimentó durante la presencia del «redentor». El guion finaliza favoreciendo a los «demócratas de toda la vida».


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