A la atenciónde Jon Darpón Sierra, Consejero de Sanidad
Primera visita médica de cabecera: 6/6/2013. Diagnóstico: lumbalgia. Tratamiento: ibuprofeno (5 días). Visita médica cabecera: 18/6/2013. Tratamiento: omeoprazol, rosovastatina, desketoprofeno, volante para rayos X. Visita médica de cabecera con resultado rayos X: 24/6/2013. Tratamiento: tramadol, paracetamol. Solicitud fecha especialista traumatología: 13/8/2013. Acudo en la noche del mismo día 24/6/2013 al servicio de urgencias del hospital de Donostia por fuertes dolores. Tratamiento: 1 inyección de celestone y 1 comprimido de zaldiatu cada 8 horas. Visita médica de cabecera: 25/6/2013, acorde con la médica de urgencias. Tratamiento: tramadol e inyecciones de inzitan. Día 27/6/2013: en función del estado en que me encuentro, solicitamos a través de ‘atención al cliente’ adelantar la visita al traumatólogo, anulando la del 13/8/2013, Día 28/6/2013: visita al traumatólogo. Tratamiento: parches de morfina transtec cada 72 horas. A partir de esta fecha, 28/6/2013, que no conozco ni el diagnóstico de lo que tengo ni mucho menos el tratamiento consiguiente, opto por la sanidad privada.
Sanidad privada: aproximadamente en una semana tengo el diagnóstico y me aplican solución: 1 infiltración, 18/7/2013, con mejoría extraordinaria. Segunda infiltración: 28/8/2013. A partir de esta segunda intervención, vida normal, con eliminación de 2 de mis actividades deportivas (footing y pelota). Posteriormente, nos conceden el «privilegio» de recibirnos el traumatólogo, 15/11/2013, que nos ratifica que lo que hemos hecho es lo correcto en lo relativo a solucionar el problema (para eso sirve la visita). Hay que tener en cuenta que he estado 2 meses con una ‘tamborrada’ de pastillas, parches de morfina cada 3 días durante 2 meses (me creó una adicción en forma de angustia y no poder dormir durante bastante tiempo), amén de 35 inyecciones de inzitan y permanencia en cama durante casi mes y medio 24 horas prácticamente diarias, mi estimación de este proceso en cuanto a plazo de tiempo siguiendo el ‘rumbo’ de su departamento lo estimo en 6-8 meses, con las razonables dudas de que mi estado de salud sería del que disfruto ahora.
¡Ah!, señor Darpón, conozco su nombre y cargo por el envío inútil y mediático del consejo anual de vacunarse contra la gripe. Intentaré devolvérselo a porte debido para que lo utilice usted. Finalmente, y en lo que a mí se refiere, prácticamente las pocas veces que he tenido que utilizar el Servicio Vasco de Salud ha dejado mucho que desear, teniendo que recurrir, con el coste económico que supone, a la medicina privada, pagando de esta forma 2 veces y durante un espacio aproximado de cotización de más de 55 años, todos los datos que aporto se pueden confirmar con la documentación de que dispongo.
Me responde el delegado territorial del Departamento de Salud del Gobierno Vasco, que en síntesis me dice: «La asistencia que se me prestó fue absolutamente correcta», así como cuestiona la efectividad del tratamiento realizado por la sanidad privada (llevo once meses desde el inicio del tratamiento y aproximadamente diez meses desde su finalización con la sanidad privada y me encuentro en perfecto estado). No quiero ni imaginarme qué hubiera sucedido «con asistencia incorrecta y tratamiento erróneo», tema este último difícil de entender, dado que para iniciar un tratamiento creo que lo lógico es conocer de antemano el diagnóstico.