Kontuz no es sino un grupo de gente unida por unos ideales comunes y por la idea tonta de que merece la pena luchar por esos sueños. De que se pueden conseguir. Y en ese empeño, uno lee, otro escribe, otro busca apoyo... y el que falta arrima el hombro en lo que puede. Así, desde que se nos puso entre ceja y ceja, saber qué ocurrió en la CAN, hemos avanzado bastante. Ninguno de nosotros cobra a no ser que cuente como sueldo una palmada en el hombro o una comida que luegose acaba pagando a escote.

Nuestra cara, hasta hace bien poco, era Patxi Zamora. Un tipo de sonrisa amplia, calvo y algo miope. Ya no es nuestro portavoz y hace tiempo que abandonó cualquier tipo de responsabilidad orgánica (más allá de abonar los 20 euricos anuales con los que sobrevivimos). Se nos ha ido a perseguir otro sueño. Él creía y cree con firmeza en que el cambio era una realidad y que, frente al Régimen, se podía levantar otra cosa mejor si todo el mundo se ponía a trabajar conjuntamente. Obviamente, Kontuz no puede seguirle en ese trayecto. Hemos de quedarnos donde estábamos, velando por lo que creemos: por una gestión de lo público regida por la honradez y la rectitud. Ahora bien, no nos resistimos a darle públicamente las gracias. Gracias por todo, Patxi, milesker.

El otro día, Patxi, mandó una carta a todos los correos que tenemos en la Asociación de Consumidores Contribuyentes y Usuarios (así nos definimos) en la que explicaba por qué es candidato al Senado de Aldaketa, la coalición de fuerzas del cambio. En ese escrito, nuestro anterior portavoz inclinaba la cabeza para que, si se desviaba del camino, el resto de miembros de Kontuz le arreáramos «collejas» hasta que volviera a enderezarse. Pues bien, quede aquí escrito, que no le vamos a pasar ni una. Ni media siquiera. Aunque solo sea por puñetero. Aunque solo sea por ponernos tan difícil mantener una distancia prudente. Menudo brete.
Muchos de los que nos conocen por ruedas de prensa o por las noticias que hemos ido dando, creen saber lo mucho que vamos a acusar la pérdida de Zamora dentro de la asociación. No tienen ni idea. Perdemos mucho más que una cara. Perdemos a un soñador, a un loco que nos azuzaba a todos para seguir peleando por todo aquello que significa Kontuz. Eso sí, nos deja tocados pero para nada hundidos.

Seguiremos adelante en la medida de nuestras posibilidades. Kontuz tiene más hormiguitas que cuando empezó. Tenemos mejores fuentes y más adentro. Dormimos con el ojo abierto. Y no renunciamos a nada.

Quizá algún miembro de Kontuz sienta decepción por el hecho de que Patxi se presente a unas elecciones, que crea que ha cruzado una línea roja. No obstante, los que le hemos tratado más de cerca todo este tiempo, sabemos que está siendo coherente con lo que cree a la hora de sumarse a Aldaketa. Zamora siempre defendió que no se puede acabar con lo viejo sin construir algo nuevo y no concibe creer en algo sin comprometerse con ello. Así es el hombre de tozudo. Por fortuna. Por ello le deseamos suerte en esta nueva etapa y que vuele todo lo alto que pueda. Si no, ya le recordaremos aquello de que “Dimitir” no es ningún nombre ruso.