Jorge Garay Zabala

Pedro Romero

En recuerdo a Jon Idigoras Gerrikabeitia, de Amorebieta-Zornotza, que quiso ser torero, y toreó algunas becerradas.

Vamos a hablar de toros, ahora que son las Corridas Generales del Bocho.

Pedro Romero y Martínez, de Ronda, fue el torero más grande del siglo XVIII y uno de los que más de todos los tiempos. Para los Bienvenida, los Dominguín y Domingo Ortega, el torero más grande que ha existido fue Pedro Romero. Era tal su dominio y maestría, que en veintiocho años que ejerció la profesión, mató más de 5.500 toros sin sufrir una sola cornada. A Pedro Romero no le hirieron nunca los toros, pero dos hermanos suyos murieron víctimas de ellos: Gaspar, banderillero, en Salamanca, ¿1775? y Antonio, matador, en Granada, 1802.

Cuando Pedro Romero se retiró en 1799, en pleno triunfo, pletórico de vida y facultades, no se atisbaba en él, el más mínimo síntoma de decadencia.

"Pedro Romero en el coso/ tiene tanta maestría/ que bien merece en el día/ el renombre de famoso/ es en todo primoroso/ activo, leal y fuerte/ y yo digo, si se advierte/ de Ximénez la caída/ que en su capa está la vida/ y en su espada está la muerte".

(Décima firmada por R. G., Diario de Madrid, 29 de junio de 1797).

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