Javier Orcajada del Castillo | Bilbao

«Pep» Borrell da lecciones de ética

Este constitucionalista catalán, que ha vivido sin dar un palo al agua a lo largo de su vida yendo del PSOE al gobierno y Bruselas, enquistado en el poder o a través de la puerta giratoria en Abengoa, con buenos sueldos, ha permanecido siempre enchufado a la manguera del presupuesto gracias a Felipe Gonzalez. Parecía arrumbado definitivamente, pero le ha repescado Sánchez para ministro. Es la evidencia de la falta de personajes válidos en la socialdemocracia actual y llama a este anciano renegado. Mentiroso compulsivo, pues públicamente acusó a un diputado de escupirle sin poder demostrarlo. Es el prototipo de político español constitucionalista, anticatalán visceral... Su historia ha venido marcada por diversos episodios oscuros en los que ha estado involucrado: se apostaba que no comería en el 2018 el turrón porque Sanchez le cesaría al haber sido denunciado por Hacienda por utilizar información privilegiada para evadir impuestos. Por ello Hacienda le ha multado con 40.000 euros, Pero a pesar de las evidencias de abuso en la información, resultan un poema los argumentos que esgrime a pesar de la contundencia de las pruebas condenatorias. Sin respuesta. Su argucia defensiva la razona apelando a la ética, pues con aparente humildad acepta la sanción por razones ejemplarizantes pues renuncia al recurso para evitar la imagen de ser presentado ante su compañero, el ministro de Hacienda. A pesar de la evidencia de su culpabilidad es encomiable su contumacia como si estuviera en proceso de canonización.

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