Periodistas de pesebre
Los abrumadores elogios a la muerte del periodista Jesús Hermida provienen de un sector del periodismo que se ha nutrido tradicionalmente de las ubres del poder y tienen que defender a ultranza al gobierno. Son los que componen la legión de “periodistas del pesebre” que participan en tertulias de medios afines al poder, lo que les supone excelentes ingresos. Además, son privilegiados para acceder a la información restringida a los demás. Disponen de línea directa para obtener filtraciones de los juzgados, de la Policía y Guardia Civil, Agencia Tributaria y otros centros generadores de información reservada.. Claro que estos periodistas que tienen tantas facilidades y aparecen en tantas tertulias no tienen asegurada la permanencia, pues las instituciones les exigen adhesión sin límite, de manera que cuando no son útiles a los amos son fulminados. En todo caso, dependen del partido en el poder, de forma que, cuando cambia el que gobierna, son sustituidos por la cohorte de pelotas que acompaña al vencedor y tienen que hacer la calle como los demás. Aunque hay entre ellos una casta versátil que utilizan sus facultades camaleónicas y son capaces de acomodarse de la noche a la mañana si ello les asegura seguir viviendo del presupuesto. Realmente es enorme el esfuerzo que se les exige para defender siempre al gobierno y deben tragarse el correspondiente sapo diario, pues en una tertulia defienden una tesis y en la siguiente la contraria, una hora más tarde. Es admirable su encaje de bolillos cuando el TEDH sanciona a España por no perseguir la tortura o exige que derogue la Doctrina Parot. Pero en eso son maestros y tienen una capacidad de adaptación a las circunstancias dignas de equilibristas del alambre. Se especializan en la clase de estiércol de su lodazal. Así, con ocasión de la cruzada contra Podemos, uno da el cencerro con su financiación procedente de los bolivarianos. Otro fustiga a Monedero o a Errejón. El de la TVE, con afán de provocar, pregunta a Iglesias si se siente feliz porque el TEDH ha fallado en contra de la Doctrina Parot. Son peligrosos cuando tienen que competir con periodistas honestos que arriesgan para lograr lo que a los del pesebre les viene de los estercoleros oficiales.