Javier Orcajada del Castillo | Bilbao

Perlas cultivadas en el «procés»

Juez Marchena: «Este juicio es en defensa de la Constitución española y la democracia» Algunos pensaban que en los juicios sólo se administra justicia.

«No polemice conmigo», ordena el presidente del Tribunal del procés dirigiéndose a un abogado defensor. ¿Es que en los juicios no se parte del principio de contradicción entre las partes?

Enric Millo explica la existencia de armas químicas de destrucción masiva con «La trampa del Fairy». Las unidades subversivas catalanas compuestas por malvados ancianos junto a sus nietos arrojaron «lavavajillas Fairy en las puertas de los colegios para que los agentes resbalaran y cayeran al suelo, donde los comandos les pateaban la cabeza». Ante preguntas del abogado de un acusado confesó que «no tuvo tiempo para recopilar el número exacto de agentes heridos como consecuencia de la violencia de los que querían votar.

Según el viceministro de Interior, Antonio Nieto: «Ofrecimos a la Generalitat simular el referéndum, pero lo rechazaron». Lógico: supondría ser cómplices de falsedad. «Hicimos uso de la fuerza mínima imprescindible». Mientras, aparecían en diversas cadenas de televisión las imágenes de la masacre que estaban provocando las FSE entre las masas aterrorizadas. En su declaración Rajoy se mostró intencionadamente ambiguo y distante ante las preguntas del fiscal. En el turno de Zoido, ex ministro del Interior, no declaró nada, pues respondió reiteradamente: «No sé nada, no me consta». Fue el ejemplo mas evidente del síndrome de pérdida súbita de memoria ante un tribunal. Sin embargo, en la declaración de un responsable de los Mossos D'Esquadra, al responder al fiscal con dudas e imprecisiones, Marchena le previno con acritud: «En el Código Penal el delito de falso testimonio no consiste sólo en no decir la verdad. Cuando el testigo altere la verdad con reticencias e inexactitudes también hay responsabilidad penal». Curiosa intervención del presidente del tribunal que llama la atención a un testigo sin relevancia por una misma causa con la que concurren como testigos un expresidente del gobierno y un ex ministro del Interior a los que el presidente no les reconviene. El sociólogo Salvador Cardús vaticina lo que convendría analizar desapasionadamente: «El juicio a la independencia catalana va a ser la tumba del Estado español».

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