El periodismo no existe por la sencilla razón que no se puede ejercer ya que las empresas son las que marcan las pautas y los análisis a realizar. Los grupos empresariales grandes, o pequeños, están ligados a los partidos políticos, y la crítica hacia ellos es inexistente, sobretodo en el ámbito confuso del progresismo y de la izquierda insustancial. Todavía se sigue insistiendo de la muerte del bipartidismo francamente hay que ser muy iluso para seguir con esta milonga. Todo el entramado electoral es lo que marca la tendencia y está pensado para el bipartidismo, los rellenos son banales. Muerte de UCD, desaparición de Cs, la broma del 15M, todo ha sido devorado por la estructura electoral.

La izquierda no tiene ideas, porque no quiere perder los privilegios que ofrece todo el tinglado corruptor. No desea de hecho ningún cambio profundo, ni epidérmico. Piensa que con leyes ideológicas para súper minorías, va a convencer a un electorado que sus problemas nada tienen que ver con la propaganda que realiza a través de unas leyes que en realidad la sociedad no ha debatido, y en muchos casos está en contra. La derecha lo sabe y se aprovecha ya que estas victorias son ideológicas, no de gobernanza, porque la inmensa mayoría electoral sabe que no se va a cambiar nada, ya que las instancias europeas marcan unos límites muy estrechos. La izquierda se auto-engaña creyendo que el lectorado es idiota, al no votarlos. Los motivos de la alta abstención electoral por todos los confines europeos, es este. Muchos votantes ha llegado al convencimiento al probarlo en sus propias carnes, que la vida sigue igual, o sea a peor, con los abanderados del progresismo. Como el mercado es lo que priva, se cambia el voto como se cambia de marca de cualquier producto, ya que los componentes son idénticos, sólo es diferente el envoltorio.

Esto es de dominio público y la izquierda sigue con un discurso anclado en el siglo XIX, con sus fascismos, y franquismos correspondientes. El avance que realizan las mujeres, no es por los partidos políticos de la izquierda, todo lo contrario son un estorbo. Las propias mujeres se han sacudido las tutelas de estas instituciones completamente obsoletas, y siguen su propia marcha. La ideología en los momentos críticos que vivimos, esto no quiere decir que todo acaba, sino lo que a venir después, puede ser mejor, o peor. Todo pinta que va a ser mejor para las minorías de siempre, el resto a parar la mano. La izquierda podría desaparecer con toda tranquilidad porque la deriva va a ser la misma con ella, o sin ella. La única razón de ser de izquierda, es hacer de catalizador para los cambios. No acomodarse en las instituciones, para ir silbando que más adelante todo irá a mejor.

Atentamente,