Javier Iglesias

Ridículo

1986. Faltan unas pocas semanas para celebrar el referéndum-trampa que decidiría la entrada o no del Estado español en la OTAN. Todavía me faltaban unos meses para cumplir la mayoría de edad y por tanto no podía participar con mi voto en la consulta. Pero sí desde la calle, participando en la multitud de manifestaciones, actos, reuniones de comités anti-OTAN, propaganda, etc. En esas fechas donde todo el espectro político se posicionaba, nosotros escuchamos decepcionados la postura del PNV: libertad de voto a sus militantes pero con una recomendación expresa de votar «Sí». Llegó el referéndum y Euskal Herria votó «No». Haciendo una lectura de los votos de se vio claramente que los propias bases jeltzales hicieron caso omiso de lo que recomendaban sus dirigentes. Luego de analizar los resultados una idea se quedó en mi cabeza: hicieron el ridículo.

Tres décadas después leo en este periódico que el PNV no participaría en la huelga del 8 de marzo, pero que se concentraría en su batzoki de Gasteiz a la hora y lugar donde una plaza abarrotada de gente hacía imposible tal acto. Falta de previsión y de cálculo político una vez más. Por ello fueron a concentrarse solos a las puertas del Parlamento, con sus corbatas moradas. Zorionak! Vuestro exito ha vuelto a ser su rídiculo.

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