Iulen Lizaso Aldalur

Sensibilidad docente

Me han bastado unas pocas reseñas de prensa para deducir que las palabras de monseñor Munilla en Portugal, como preludio a las del papa, han vuelto a desatar gran polémica tanto dentro como fuera de la iglesia católica.

Como fuente principal tomo de base el artículo de Jesús Martínez Gordo en DV del 5 de agosto: “Sexualidad y catolicismo”, en que destaca que: «La postura ultraconservadora de monseñor Munilla sobre la moral sexual de la Iglesia choca con la del papa Francisco» que defiende que: «En la iglesia católica hay sitio para todos, todos».

Del completo de declaraciones de monseñor Munilla, en ningún momento he deducido que pide exclusión ni rechazo de personas con tendencia homosexual, ni bisexuales, ni asexuales; tampoco hacia quien muestre sensibilidad opuesta a la de su sexo biológico original. Si oposición a esa tendencia que hoy también se observa por parte de la jerarquía de la Iglesia católica a favor o en no oposición, de naturalizar desde lo institucional, al promover la ideología de género dentro de la educación sexual, aleccionando sobre transexualismo desde la enseñanza primaria en lo académico. Si desde la antropología, anatomía, psicología, fisiología y biología, pero por lo demás el Estado debe ser neutral. Solo prestar atención en detectar con discreción para orientar y acompañar al diferente, educando en tolerancia y respeto hacia él… al resto de «machotes».

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