Carmen Lacunza Astiz | Activista en Iruñea Ciudad de Acogida/ Iruñea Harrera Hiria

Si fuese tu hijo...

Escuchando por la radio que ha naufragado una patera en Cádiz y que una madre y su hijo están desaparecidos me viene a la cabeza este poema que Sergio Guttilla dedicó a 100 personas que en junio de 2018 se ahogaron en un naufragio frente a las costas libias. No son números y cifras lo que Europa está dejando que se ahogue en el Mediterráneo; son personas. Tienen amigos y familiares, miedos y sueños. Son personas como tú y yo:

«Si fuese tu hijo/ llenarías el mar de barcos/ de cualquier bandera./ Querrías que todos juntos,/ por millones,/ hiciesen de puente/ para hacerle pasar./ Muy atento,/ jamás le dejarías solo./ Harías sombra/ para que sus ojos no se quemen,/ le cubrirías/ para que no se moje/ ni le salpique el agua salada».

«Si fuese tu hijo, te tirarías al mar,/ matarías al pescador que no presta su barco,/ gritarías pidiendo ayuda,/ a las puertas de los Gobiernos que se cierran/ para reivindicar la vida».

«Si fuese tu hijo, hoy estarías de luto,/ odiarías al mundo, odiarías los puertos./ Llenos de esos barcos inmóviles/ odiarías a los que los mantienen inaccesibles y lejos/ de quienes, mientras tanto/ sustituyen los gritos por el sabor del agua del mar».

«Si fuese tu hijo, los llamarías/ villanos inhumanos, porque lo son./ Deberían detenerte, retenerte, bloquearte,/ te gustaría partirles la cara,/ ahogarles a todos en el mismo mar».

«Pero no te preocupes en tu cálido hogar./ No es tu hijo, no es tu hijo./ Puedes dormir tranquilo/ y sobre todo sereno./ No es tu hijo./ Sólo es un hijo de la Humanidad perdida,/ de la Humanidad sucia que ni siquiera hace ruido./ No es tu hijo, no es tu hijo./ Duerme tranquilo, por supuesto./ No es el tuyo».

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