Javier Orcajada del Castillo - Bilbo

«Síndrome del abertzale»

Mi amigo Momollu, abogado jubilado, va a diario al euskaltegi. Su padre fue un emigrante que vino de Castilla; su madre era de Deusto. Con esfuerzo sacó a cinco hijos adelante y les dio estudios superiores. Los veranos iba a trabajar a Alemania y a Inglaterra para pagarse la matrícula de la universidad.

Me ha contado que le han invitado a un txoko en Santurtzi y que, como siempre, inició la conversación en euskara. A los comensales les comentó que participa en todo acto en el que se apoye el euskara. Uno de los comensales que le respondió en euskara y se presentó como euskaldun zaharra, ironizó sobre el bajo nivel de su euskara. Le preguntó con retintín por qué estudia una lengua que carece de utilidad, y aunque él la habla, no le produce ningún beneficio especial. Que haría mejor estudiar alemán o inglés y dejarse de romanticismos inútiles. Le acusó de ser una víctima más del «síndrome del abertzale», que afecta a los emigrantes que para mostrar ser vasco votan a HB.

Momollu sabe guardar las formas, por ello se limitó a hablarle en alemán ante la sorpresa general y del agresivo interlocutor. Después continuó en inglés. Al finalizar su intervención, se levantó y en español dijo a los que miraban con los ojos a cuadros, que se marchaba porque no quería aguantar las impertinencias de alguien a quien no conocía y que se había tomado la libertad de emitir un juicio sobre él sin que nadie le autorizara.

Me comentó lo que le dijo en alemán e inglés y creo que hizo bien en no traducírselo para evitar ponerse a la altura de aquel nazi.

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