Gerardo Hernández Zorroza | Médico de cabecera, en situación de permiso sin sueldo, en Las Arenas-Getxo

Situación del personal de asistencia primaria

La situación de desmotivación que padece el gremio sanitario ha tocado fondo, pero no es consecuencia sólo de los recortes, sino motivada también por distintos factores que desgranaré, sin pretender abarcarlos todos.

Es sabido que el tratamiento de la enfermedad resulta tanto más eficaz cuanto antes se detecte el origen de la misma, ese “desde donde” primal que se debe buscar en cada situación, en cada paciente.

En lo referente a la gestión sanitaria, es fundamental también analizar si está bien definido y enfocado ese "desde dónde" primario, o desde qué bases o principios se actúa, para que discurra todo por los cauces más adecuados y no se compliquen las cosas.

Les remito al artículo publicado por "EL Correo" (1 de febrero, página 5) que ejemplifica a las claras lo que mueve a Osakidetza (igual en otras Comunidades Autónomas), su línea de actuación en este campo del que, poco a poco, se nos ha ido apartando de nuestra capacidad de autogestión en favor de "Servicios Centrales". Porque es el método empresarial el modelo elegido, modelo que no sólo busca cubrir las necesidades del mercado sanitario, sino que, como se sabe, principalmente las crea. Y eso para obtener siempre beneficios y crecer continuamente. Se crea un "agujero" en el mercado (de nuevas necesidades) y posteriormente se vende el "corcho" para taparlo. Es por ello que la opinión facultativa en este campo (amplísimo e inabarcable desde este modelo) cada día se tiene menos en cuenta, o nada.

En este marco, además, el profesional queda amenazado irreparablemente y comprometido –hablo como médico– aplastado entre las demandas de nuestros pacientes habituales (crecientes en número y demandas debido al aumento de factores estresores psicosociales), de los "nuevos pacientes" alimentados por esta vorágine empresarial, y nuestras cada día mayores "obligaciones fundamentales" como suministradores de "datos de procesos". De consideraciones humanas y del riesgo de demandas posibles ni hablamos, claro.

Son datos además que se nos propone rellenar y que, como se dice en el artículo («La Diputación y Osakidetza impulsarán negocios vinculados con el envejecimiento activo»), pretenden ser vendidos como "valor añadido"; que se piensa no solo en explotar, sino también en exportar. Y es que nos consideramos "la pera".

A nadie se le escapa que, así como es la "industria de la salud" la que demanda estos nuevos "productos", es la “inteligencia” artificial la que los necesita imprescindiblemente, pues son su sangre y su sustento. Todo lo dicho, entiendo, amenaza en convertir la Sanidad, más allá de una ciencia con importantísimas implicaciones humanas, en un conjunto de aplicaciones, pretendidamente útiles para ser utilizadas desde servidores humanos (nosotros), o directamente  por robots. Es el "futuro".

Se dice en el "eldiario.es" del 31 de enero de 2019 que «los recortes en sanidad disparan la facturación de las cinco multinacionales que acaparan el negocio de la salud en España», un dato que conviene valorar también. Para terminar, entiendo que este modelo es insostenible, que debemos aplicarnos en cambiar cuanto antes. Para lo cual es imprescindible consultar a los sanitarios y administrativos en activo, y no dejarlo en manos de los burócratas de toda la vida que, por cierto, no debieran ser vistos como "el enemigo", que es otro, bien distinto.

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