Iulen Lizaso

Traerlo a la actualidad

Al igual que escribía el segundo autor en "Diario Vasco" del 18 de enero: «Es un tema apasionante, que cada día se escucha más en tertulias, revistas o libros», siempre me han interesado las lecturas y audiciones sobre Jesús de Nazaret. Más bien sobre su enseñanza, aunque nos llega con diferentes interpretaciones para un mismo texto, como ocurre con los cuatro mandatos de la ley universal que explicaba, siendo para mí y desde mi interpretación, la base de conducta humana que nos permitiría corregir... para pasar a vivir en armonía relacional.

Puso la ley por encima de la tradición y ello le costó la vida, firmando su sentencia cuando llamó «sepulcros blanqueados» a quienes de la tradición hicieron ley, mofándose de su enseñanza y explicaciones sobre la ley divina.

Siendo un ser de amor, su máxima era el respeto, al anteponer el ser justo al ser bueno, desde la comprensión universal de la igualdad y la justicia social: «No hagas a otros lo que no quieras para ti».

Gracias Juan Flaquer y José Mari Alemán por ensalzar su figura en la parte humana, pero de su parte divina: ¿quién fue; un hijo de Dios como el resto de humanos o Dios hecho Hijo? ... ¿Quién fue su padre biológico?

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