Jorge Bayón

Turismo por Solokoetxe

Como es domingo y hace buena tarde me decido a salir con mi hija a dar una vuelta y conocer zonas de Bilbao que todavía no conozco. Así que preparo el carro, y nos ponemos en marcha para andar, sin un rumbo fijo, durante un par de horas. Llevo un par de años viviendo aquí, en Irala, y todavía no he tenido mucho tiempo de conocer determinadas zonas, por eso al llegar a Bilbao la Vieja y ver a lo lejos unos edificios altos me decido a ir hacia allá. Así, tras un rato subiendo cuestas y escaleras automáticas con el carro llego a un barrio que se llama Solokoetxe. Paseo un rato por la zona y ya puesto el sol decido volver a casa.

Al intentar regresar le pregunto a un vecino cómo bajar por algún lado que no tenga escaleras y poniéndome cara de lo llevas crudo me da como alternativa un ascensor. No es lo que quería porque buscaba más caminar pero como es un poco tarde voy hacia él. Subo y cuando está bajando veo un cartel dentro que pone que hay que pagar 45cts. Lo leo como cinco veces antes y pregunto ¿pero hay que pagar? y entonces un hombre sonriente me dice «claro, son 90cts» y tres personas más, mucho menos sonrientes asienten. «¿90 céntimos? ¿la niña paga?» le pregunto y ufano me contesta «No, la niña no. El carro.» En ese momento me quedé de piedra, sin palabra. ¿Qué tipo de artimaña es esa de no cobrar a la niña pero sí al carro?

En fin, que acabo de llegar a casa y he decidido escribir estas líneas para poder decir que hay que ser cutres y aprovechados para cobrar tal cantidad de dinero por bajar en un ascensor, y para denunciar esa artimaña de cobrar en vez de por la niña, que no se puede, por el carro. Me sentí víctima de un abuso al tener que pagar tal dinero, pero más abuso, pienso, están sufriendo los vecinos de este barrio que está plagado de escaleras y rampas y tienen la necesidad de usar dicho ascensor a diario y seguramente varias veces. De nuevo, un negocio de una necesidad que el Ayuntamiento de Bilbao no soluciona. El Guggenheim bien, gracias.

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