Enric Vivanco Fontquerni | Barcelona

Un intruso en el diálogo Catalunya-Andalucía

El diálogo Catalunya-Andalucía, celebrado hace poco en Barcelona, auspiciado por los del puente aéreo, movilizando a sus empleados académicos, periodistas, sindicalistas y políticos afines, con una representación de la Convergencia de toda la vida, para dar luz a una tercera vía, sueño de los que nunca postulan en cambiar nada, sino es para defender sus eternos intereses. Las dos unanimidades centrales fueron: su preocupación por la situación actual del conflicto en el que se está inmerso, y el no rotundo a la unilateralidad. Este desasosiego es la energía necesaria para llegar al imprescindible divorcio, y poderse olvidar de una vez por todas de los integristas literalistas, de un texto tramposo no validado, ya que la forma del Estado, si impuso sin remisión. Durante el debate, el aroma de la naftalina del despotismo ilustrado, sobrevoló permanentemente centrados, en la identidad, en la igualdad, en lo social. Era muy agradable escuchar ciertos alegatos sobre la igualdad, cuando el festín lo habían pagado los del Ibex 35. Se pudo apreciar la diferencia del discurso de los líderes sindicales, los jubilados, con los actuales. Los primeros, entusiastas de la transacción de régimen, siguen en pleno siglo XIX, y los actuales destacan por tener un cinismo sin macula. El concepto de libertad, brilló por su ausencia, cuando es un elemento central de los catalanes díscolos, ya que aterra tanto a los integristas, como a los autonomistas. El desprecio permanente hacia la ciudadanía movilizada, equivalente a una marioneta movida por la burguesía, para no hablar de lo que toca, es este discurso que tanto una izquierda, como toda la derecha, insulta a los ciudadanos que luchan por su libertad. Hubo un ponente que estaba muy preocupado por si la sentencia era dura, pero también era inaceptable para él mismo la absolución, en definitiva, ofrecen una jaula, con un sol y una luna, con luces led. Otro, habló con una claridad meridiana, reclamó la necesidad de la traición de los líderes, lo mismo que sucedió en el 78. Muchos catalanes han leído a Xirinacs, la lección se ha aprendido, y se está en alerta, lo van a tener más difícil. El próximo encuentro se hablará sobre la financiación, quieren saber cuánto les costará convencer a los recalcitrantes que postulan por la libertad como bien supremo. Para poder hacer un resumen utilizo una anécdota contada por un ponente. En un encuentro en Roma, entre González y Maragall, este le indicó la necesidad de un federalismo asimétrico, González, contestó que a los españoles les cuesta entender los conceptos, y más difícil si es compuesto. Si, este es el pensamiento que se tiene sobre la ciudadanía, y es lo que sobrevoló durante todo este Gaudeamus igitur.

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