Los medios estatales de nuevo tienen el tintero enfocado con una fecha y sobretodo un nombre que les hace salivar porque tendrán tajo para páginas y columnas de opinión a las que sacar chispas. 4N: Alsasua.

Como si de un gran enjambre de moscas se tratara, el zumbido es cada vez más cercano y molesto. Casi dos años después de la noche del Koxka, un tripartito extremo prepara su perpetuo instrumentario y verborrea acicate para honrar-conmemorar a la Benemérita en lo que vienen a llamar territorio hostil. Tanto Ciudadanos con una cara joven de sonrisa y labia sarcástica, Vox fundada desde las ganas de revancha y ajuste de cuentas tras quinientos días largos de secuestro, como el PP que se apunta a cualquier carro que le pueda desempolvar los aromas de su desaparecida máquina de votos ETA, han obviado sus aparentes diferencias para hacer una demostración de provocación. Van a empezar la campaña electoral en un pueblo de una Navarra que siempre la han tomado como el juguete más preciado de la estantería, pequeño, determinante, muy brillante, que nadie debe tocar, y el cual si alguien puede romper o manosear debe hacerlo con la mano derecha.

Puede parecer un simple acto para pasear la rojigualda, sonrisa, tricornio, cámara y selfie. También es dar un pisotón para que no salga la cuña que introdujeron hace años, del escarmiento, del azuzar los bojes y preparar el palo para cuando salte la liebre, de hacer ver que siguen ahí, preparados.

Altsasu, como el pueblo navarro en particular y vasco en general tiene experiencia para capear este nubarrón. Es uno más y no será el último.

Mucha paciencia y calma. Capacidad de reacción desde la inteligencia, desde el saber qué somos y a qué vienen. A pesar de que las paredes del cuartel cuelguen medallas meritorias y las de las prisiones de los jóvenes del pueblo sigan esgrimiendo esa húmeda incertidumbre de no saber qué será de sus vidas, no hay que dar huesos al perro empachado por mucho que ladre.

El lunes, de nuevo amanecerá, con agua o con luz limpia, y habrá que seguir con el día a día. A pesar de todo.

Eutsi goiari!