Nati Roa Bedia

Unas palabras para remover conciencias

Mi amama, Florencia Olazagoitia Ceciaga, era socialista republicana, esto parece que ella lo repetía en muchas ocasiones.

Desapareció de nuestras vidas un 26 de setiembre de 1936, estaba casada con el abuelo Tomás, tenía tres hijos de diez, cinco y dios años y estaba embarazada de cinco meses. Esto no les importó, ni a los que le denunciaron, que eran personas de Arrasate, ni a los que la asesinaron.

La situación en Arrasate estaba muy rara, y ella con sus hijos había ido al caserío de una prima suya en el barrio de Udala.

Ese día bajó a Arrasate, acompañada por mi padre Eduardo, de diez años, a ver como estaba la tienda de comestibles que tenían y a coger comida para subir al caserío donde estaban.

A ella la detuvieron. No sabemos quienes, nos cuentan que fue la Guardia Civil, y a mi padre se lo llevaron los requetés. Estuvo tres años en diferentes frentes de la guerra de España.

Eso sí, tenemos un documento que dice que el niño Eduardo Roa Bedia se presenta como voluntario a requeté. Un niño de diez años, ¿voluntario?

Sus dos hermanos (de cinco y dos años), con los abuelos paternos, se habían quedado en Udala, en cuanto supieron lo ocurrido, se escaparon rápidamente por Elorrio, y caminando llegaron a Bilbao, cogieron un tren que los llevó a Alovera (Guadalajara) de donde era mi abuelo, vivieron allí unos años hasta que regresaron a Arrasate.

Le acusaron de espía, yo os digo que lo que era, es socialista republicana, tenía dos hermanos socialistas republicanos en el frente, también el comandante del Batallón los Dragones era primo suyo, esta podía ser una de las razones, las envidias otra?

El que lo tenía claro era el Comandante Llamas (juez instructor), y decía: «Habría que asesinar a los familiares de esos malnacidos marxistas.

Nos cuentan que la llevaron junto con otras personas de Arrasate, en un camión que partió desde los calabozos (debajo del Ayuntamiento de Arrasate) hacia Oiartzun, a Donostia a la cárcel Ondarreta. Y que un grupo de Margaritas del pueblo les insultó, no estaban de acuerdo con que se los llevasen, querían y pedían que fuesen fusilados en la plaza del pueblo.

Por el certificado de defunción y por otros testimonios, creemos que la asesinaron la noche del 5 al 6 de noviembre. ¿Dónde estuvo, dónde la tuvieron durante todos esos días?

Daos cuenta, la detuvieron un 26 de setiembre y no la asesinaron hasta la noche del 5 al 6 de noviembre.

«Nos cuentan» que los últimos días estuvo en la capilla de la escuela de niñas de Oiartzun y que sus compañeras, otras mujeres que estaban con ella (cuatro más de Arrasate) le decían «los requetés no se atreverán a fusilar a una mujer embarazada, pero había que matar hasta la semilla no sea que germine.

¿Dónde está su cuerpo? Tampoco lo sabemos. Nos cuentan que puede estar en Hernani, en Oiartzun...

En mi casa, en nuestra familia este era un tema del que no se hablaba, era un tema tabú, había miedo, así lo hemos vivido nosotros. Esto habrá ocurrido en muchas de las familias que hoy estamos aquí.

Todavía hoy a mí me cuesta muchas veces hablar de lo poco que conocemos, me parece que estoy infringiendo las «normas marcadas por mi padre y toda la familia», pero yo lo tengo que contar. Tenemos que atrevernos, se tienen que conocer todas esas historias calladas durante tantos y tantos años. Ya lo siento aitatxo, este silencio solo les ha beneficiado a los vencedores.

Si no tenemos historia/ porque no la conocemos,/ puede volver a ocurrir.

¿Qué pido, qué me gustaría como familiar de asesinada? Apoyo institucional para que se abran los archivos donde este recogido lo que le ocurrió a la amama y a otras personas como ella. Estoy segura de que existe su historia, en algún lugar está. Eran civiles, y fueron acribillados lejos de las trincheras, no portaban armas.

También pido reconocimiento de lo ocurrido y reparación, además de verdad judicial. Y, por supuesto, derogar la Ley de Amnistía de 1977, ese pacto de silencio y olvido que les funcionó. Mientras esta ley continúe vigente, no nos admitirán ninguna querella que presentemos en ningún juzgado de España. En mi caso presenté dos querellas en diferentes juzgados de Donostia. Y me mandaron a paseo. Solicité amparo al Tribunal Constitucional pidiéndoles que investigasen sobre lo ocurrido. Y más de lo mismo.

La Carta de Derechos Humanos de la ONU dice que el Estado debe liderar el proceso de búsqueda de desaparecidos, garantizar el derecho a la justicia de las personas afectadas por la desaparición forzosa. Son crímenes de lesa humanidad y estos no prescriben, aunque el Gobierno de España se empeñe y se ampare en la Ley de Amnistía de 1977.

Recuerdo las palabras que hace años leí en una esquela recordatorio de Maravillas Lamberto y su padre, y decía lo siguiente: «Los mataron, pero no pensaron que los muertos tenian vivos y los vivos memoria».

El único deber que tenemos es contar nuestra historia, hasta ahora solo hemos leído la escrita por los vencedores, la nuestra ha sido silenciada.

(Estas son las palabras que Nati Roa Bedia leyó en el homenaje del sábado 26 de marzo en Derio)

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