Jokin Revilla

¡¡¡Ya era hora!!!

He vivido con angustia ver cómo la izquierda en Europa no hacía llamamientos a la movilización ante el drama civilizatorio de las personas refugiadas. Sin embargo, mientras tanto los xenófobos y neonazis se manifiestan y apalean a esa personas refugiadas. ¿Qué tiene que pasar para que reaccionemos? Europa está podrida hasta los tuétanos. La misma Europa que aniquiló pueblos y esquilmó recursos naturales, de la mano de EEUU sigue provocando múltiples guerras en Afganistán, Irak, Libia, Siria… Ellos crean y alimentan a esos «ejércitos libres», que solo son sus lacayos, con el principal objetivo de controlar el petróleo y los recursos naturales. Llevan la guerra, los asesinatos, la destrucción, el expolio y se niegan a que las y los refugiados lleguen a Europa ¡¡¡Pero si Europa tiene y toda la población europea tenemos una deuda enorme con esos pueblos!!! Sin embargo, lo único que se hace es poner cupos que no se cumplen, levantar alambradas y muros, vejarles, abusar de mil formas de las refugiadas, robarles, que desaparezcan criaturas, que mueran de hambre o frío y expulsarles…

Mientras tanto continuamos con nuestras monótonas vidas. Aquí tenemos cientos de organizaciones y entidades, partidos de izquierda con buenos programas, ¿pero qué pasa en la calle? Lo que existe, hace mucho tiempo, no son sólo rumores, tenemos «hechos graves». Declaraciones de políticos, campañas como la de Maroto, racismo y xenofobia en aumento, manis de asociaciones pidiendo cámaras, más policía y represión para las personas migradas en nuestra ciudad… Es sorprendente qué comentarios se hacen continuamente en las tiendas, mercados tabernas y calle, incluso entre personas que se autodenominan de izquierdas. Siempre empiezan con la coletilla, «yo no soy racista pero…» y en ese «pero» te pegan en la cara con unos argumentos que te rompen el morro. Con una seguridad espantosa te espetan que: los migrantes colapsan Osakidetza, se llevan todas las ayudas, a todos les dan pisos, vamos que son culpables hasta de que el clima esté cambiando y se derritan los glaciares. Y mientras tanto, la calle vacía de solidaridad, de movilizaciones que denuncien esas mentiras, de grupos solidarios cada vez mayores, de argumentos y consignas positivas… Es imprescindible una batalla ideológica continua, pero no sólo con debates, sino también con acción y movilización. En un escaparate del barrio de San Francisco hace tiempo leí: «no sobran emigrantes, sobran racistas».

¿Por qué en todas las crisis las clases populares y las precarias vemos siempre como culpables a quienes están peor (personas excluidas y migradas) y no a los verdaderos culpables?. El capitalismo imperialista con sus instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y hasta la ONU, más las Multinacionales y los gobiernos títeres, se nos antojan mucho enemigo. Y aunque sean los verdaderos y principales responsables, en vez de unirnos y plantar cara a sus embates, nos resulta más fácil escupir hacia abajo a migrantes, personas excluidas, sin hogar, personas gitanas, de otro color o de otra religión…

Por eso empiezo con ese, ¡ya era hora!. Hora de que el día 27 de este mes de febrero, sábado, salgamos a la calle en el Día Europeo por la Solidaridad con las Personas Refugiadas. Ayer hubo una reunión convocada, con prisa, por diferentes colectivos, en la que se decidió apoyar e impulsar esta convocatoria. Lo que se quiere es que la sociedad civil tome protagonismo en la defensa de la libre circulación de personas y que se acaben todas las guerras. Sobran todas las fronteras, todos los muros y todas las vallas. El mundo es uno y debemos hacer de él un lugar digno para todas las personas que vivimos en el.

La mani empezará el sábado a las 12. ¡Que se enteren todas las personas de Bizkaia! Comentémoslo con todo el mundo. Esta mani sólo debe ser el comienzo de una andadura. Ayer había ganas de continuar, de montar algo entre todas y todos, de sacudir conciencias, de ir de veras por delante de las Instituciones. La apuesta es ser conscientes de nuestra vida acomodada y adormecida por demasiado consumismo y conformismo, para empezar a vivir de otra forma, donde la lucha tenga sentido. Hace poco nos decía Angela Davis al preguntarle si no se cansaba después de llevar tantos años luchando: «La lucha es mi forma de vida, no sabría vivir de otra forma». ¡Este es el reto! ¡Animo! El 27 a las 12 horas nos vemos en el Arriaga para gritar a favor de las personas refugiadas y quedar para continuar en la lucha por un mundo más justo.

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