Que te guste el lugar en el que el azar caprichoso de la vida te ha hecho nacer es normal y agradecido, pero sabiendo que ha sido una cuestión de chiripa, que no ha sido elegido sino que te ha tocado. Comulgar de forma fanatizada con todo lo que en él se haga a modo de Logia, Clan o Cosa Nostra se me hace intragable. Y que me decís de la manía de creernos mejores que el vecino, compitiendo de forma tribal con el único argumento de que lo valemos y punto; y ¡ojo! que no solo de una o uno de ellos, que puede ser, sino de todos y todas. Me hace mucha gracia, pero hay gente que se lo toma muy en serio, por eso en privado me río aún más, aunque sea tan preocupante ese ideario tan excluyente.

Los patriotismos siempre los he comparado con las tiendas de Todo a 100, que es lo que vienen a ser ahora los Bazares Chinos, siempre petados de gente, pero todo el mundo sabe que la calidad de lo que se compra no es muy buena.

Siempre me he cuestionado el porqué tengo que cargar con los indeseables en el pack de las patrias solo por haber nacido en la misma. ¡No me da la gana! Yo quiero regirme más por la calidad de las personas, la solidaridad, la empatía, el comportamiento, por valores individuales. Por eso si fuera pescador, lo sería de caña, no de arrastre, que tanto daña el fondo marino, como los patriotismos desmedidos lo hacen con la convivencia con el otro y otra que no sienten como tú.