Yo sí creo en esta Real
Decía Unamuno que los vascos teníamos mala memoria y, por lo visto, los seguidores de la Real Sociedad, peor. No puede entenderse de otra manera las críticas de todo tipo que en los últimos tiempos se están vertiendo sobre Imanol, después de que, bajo su dirección, se hayan conseguido cotas que nunca hubiéramos imaginado.
Hay que reconocer, por evidente, que lo que constituye la ley del futbol, el gol, se ha convertido en una auténtica maldición bíblica para el equipo donostiarra, que está llegando al paroxismo.
Lo triste del caso es que la solución al problema se llama Oskarsson, un jugadorazo que, a día de la fecha, ha sido utilizado en escasas ocasiones. No es baladí, por una parte, que costara Dios y ayuda sacarle del Copenhague y, por otra, que el Manchester City, anduviera ya tras sus pasos.
Así que arriba los corazones, y el jueves a disfrutar el pase a las semifinales de la Copa del Rey.