Desaparecidos: una verdad pendiente

La Audiencia Nacional ha admitido realizar dos nuevas diligencia solicitadas por la familia de Jose Miguel Etxeberria, «Naparra», a fin de esclarecer las circunstancias en las que se produjo su desaparición. Por un lado, pide a las autoridades francesas que busquen en otro lugar que también cumple las indicaciones que dio hace dos años un exagente de los servicios de información españoles. Por otro, la Audiencia Nacional acepta que se tome declaración al exmiembro del Cesid que dio la pista sobre el lugar donde estarían los restos del militante vasco.

Es una gran noticia que continúen las pesquisas para aclarar la desaparición forzosa de «Naparra». Sin embargo, llama la atención la lentitud y las trabas que tiene que superar cualquier nueva diligencia. Es muy llamativo, por ejemplo, que ni Policía ni Guardia Civil hayan localizado al exagente que reveló esas pistas, a pesar de los abundantes datos que poseen sobre el mismo. Una inacción que contrasta con la diligencia que suelen exhibir los servicios de información del Estado para espiar y perseguir a la disidencia, sobre todo al independentismo, y en los últimos tiempos, especialmente a los dirigentes políticos catalanes, tanto dentro como fuera del Estado. Es evidente que el Estado no tiene ningún interés en esclarecer esta desaparición que, como apuntaba el abogado de la familia, señala la responsabilidad que han tenido los servicios de información del Estado, antes Cesid y ahora CNI, durante muchos años y en diferentes etapas de la guerra sucia.

El caso de «Naparra» recuerda otras desapariciones forzosas como la de «Pertur» y Popo Larre todavía por esclarecer. Las familias y los allegados de todos ellos esperan todavía saber qué ocurrió. Son casos que cuestionan ese relato parcial y unidimensional que habla de un conflicto que se ha alimentado únicamente de la violencia de ETA. En Euskal Herria ha habido múltiples violencias y la construcción de la paz y la convivencia exige que se conozca la verdad de todas ellas. Esa es la aspiración de una sociedad vasca que busca un horizonte de paz y justicia.

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