El TAV también implica explotación laboral

Catorce colectivos, entre los que se encuentran varios sindicatos y partidos políticos, denunciaron ayer que en las obras del TAV se están produciendo graves abusos en las relaciones laborales. No solo no se cumple la legislación laboral en aspectos menores, sino que se conculcan derechos fundamentales de los trabajadores. Los denunciantes calificaron la situación como «condiciones de esclavitud». A esta acusación pública el sindicato LAB le ha sumado varias denuncias ante la Inspección de Trabajo.

A partir de los testimonios recogidos entre los trabajadores, el relato de las normas vulneradas fue extenso y pormenorizado. Por una parte, acusaron a las contratas de no cumplir la jornada máxima, pero tampoco con los aspectos pecuniarios de los contratos, ya que no pagan las horas extra ni los pluses de peligrosidad y nocturnidad. Por otra parte, señalaron que las empresas tampoco cumplen las normas de seguridad: no ofrecen protección personal adecuada, usan maquinaria antigua, introducen máquinas diésel en los túneles y, en caso de accidente, son los propios operarios quienes deben ir por sus medios al centro sanitario. En este contexto, advirtieron de que el consumo de drogas entre los trabajadores es elevado, ya que les permite hacer más llevaderas esas pésimas condiciones laborales, pero, a su vez, eso multiplica el riesgo de accidentes. De hecho, al menos doce trabajadores han muerto en las obras del TAV desde 2008. Por último, denunciaron la expulsión de trabajadores que promueven la sindicación y la absoluta inoperancia de la Inspección de Trabajo, que avisa previamente a las empresas de sus visitas.

La responsabilidad sobre estas terribles condiciones laborales corresponde a las administraciones públicas encargadas de su ejecución. Ni velan por el cumplimiento de la legalidad ni ponen coto al afán de amasar beneficios de las empresas adjudicatarias, que esconden sus sucios manejos al final de la larga cadena de subcontratas. Han convertido el cuestionamiento social del TAV en la excusa perfecta para ocultar una explotación sin límites. El sinsentido del proyecto del TAV cada vez tiene más implicaciones.

Buscar