Las reglas económicas se reescriben en el Pacífico

El centro de gravedad de la economía mundial lleva años desplazándose desde el Atlántico hacia el Pacífico. Una buena muestra de ello es que la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) ha reunido en Vietnam al 59% del PIB mundial y al 49% del comercio global. Aunque la mayor parte del interés estaba centrado en los encuentros que los líderes políticos hayan podido mantener entre ellos, el evento ha dejado algunas claves sobre las que se están construyendo las relaciones económicas del futuro, sobre la configuración de las nuevas reglas económicas.

Donald Trump cumplió su promesa electoral y sacó a Estados Unidos del Acuerdo de Cooperación Transpacífico, más conocido como TPP. Tras su salida, los líderes del resto de países no han sido capaces de implementar el acuerdo. Uno de los mayores obstáculos lo ha planteado la posición de Canada sobre la propiedad intelectual e internet. Son precisamente esas cuestiones relacionadas con los derechos sobre la propiedad intelectual las que hasta ahora garantizaban a los países llamados desarrollados una posición dominante en los flujos de intercambio de información y riqueza. La definición de esos derechos y su defensa seguirá siendo una de las batallas fundamentales de cara al futuro. La otra es la quiebra de la idea de que lo más productivo es establecer unas reglas comunes para el comercio mundial. Trump ha dejado claro que los tiempos de la multilateralidad han pasado a la historia. Estados Unidos apuesta por acuerdos bilaterales que, como dice su presidente, sean mutuamente beneficiosos.

Lo que realmente está reescribiendo las reglas del comercio mundial es el auge económico de China y su entrada en la OMC, que ha puesto fin a la posición de privilegio que ostentaban las llamadas economías desarrolladas. Con el TPP trataron de marginar a China que, impasible, continúa con su apuesta. Ayer, sin ir más lejos, abrieron su gigantesco sector financiero al capital exterior.

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