Reconocimiento del pueblo... y del alcalde

El iruindarra Joseba Asiron asistirá a los actos en recuerdo de Germán Rodríguez, muerto por disparos de la Policía española en los Sanfermines de 1978. Muchos ciudadanos de Iruñea han tomado parte en esos actos en los últimos 37 años, pero nunca lo ha hecho el alcalde de la ciudad, que por fin lo hará este año en la persona de Asiron. Es un gesto, pero también muestra de necesaria sensibilidad que extiende a la institución y como tal debería ser saludada. Precisamente por suponer el fin de la triste falta de sensibilidad institucional al respecto desde la impune muerte del iruindarra.

El anuncio de Asiron es consecuente con lo que afirmó en campaña electoral sobre reparación, recuerdo y memoria. Algo que hasta ahora los representantes del Ayuntamiento de la ciudad de Germán Rodríguez se han negado a hacer no por indolencia o desidia, sino en clara y meditada actitud discriminatoria, alardeando de solidaridad para con unas víctimas y mostrando desprecio hasta la negación de esa condición a otras. No obstante, Germán Rodríguez siempre ha contado con el reconocimiento y el apoyo popular. Y ahora, por fin, también con el institucional.

Esa identificación del primer edil con el sentir popular se refleja en su intención de renunciar al lanzamiento del txupinazo en favor de algún colectivo o candidatura popular, lo cual tiene pleno sentido en una fiesta que, más que exhibición de representantes institucionales, debe ser espacio de disfrute y protagonismo de la gente.

Simples gestos, algo simbólico, por parte de quien aún no ha hecho más que comenzar su andadura al frente del Ayuntamiento de Iruñea, pero lo ha hecho cumpliendo su palabra y en coherencia con el mandato de cambio del pueblo de Iruñea. Gestos que simbolizan precisamente ese cambio, tanto reparando en la medida de lo posible una flagrante injusticia como cediendo el protagonismo a aquellos a quienes representa y a cuyo servicio está: los y las iruindarras. Un buen comienzo, junto a ellos y ellas.

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