Renunciar al autogobierno y a la democracia

Tal y como anticipó el PNV el lunes, el Consejo de Gobierno de Lakua informó ayer contra la admisión a trámite de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) sobre un Salario Mínimo Interprofesional propio. No es que se opongan a la propuesta de los sindicatos apoyada por 138.495 personas, es que ni siquiera permiten que pueda debatirse en el Parlamento, donde PNV y PSE podrían enmendar con su mayoría las consideraciones «jurídico-constitucionales» y de «oportunidad» que alegan como obstáculos.

Pero para que eso ocurriera, debería ser verdad que están de acuerdo con el espíritu de la propuesta. Es decir, con que Araba, Bizkaia y Gipuzkoa tengan un SMI acorde al coste de la vida en sus territorios, y no uno que obedezca a la realidad española. Si eso fuera así, PNV y PSE no dejarían la pelota en el tejado de Confebask, a quien se le da derecho a veto, reduciendo el asunto a una negociación bilateral entre sindicatos y patronal –como la que tendrá lugar hoy en el Consejo de Relaciones Laborales–. Tampoco trataría el vicelehendakari segundo, Mikel Torres, de desacreditar burdamente la ILP alegando que apenas le constan 10.200 firmas, que son las que el Parlamento ha validado, sencillamente, para asegurar que la iniciativa supera el mínimo legal de 10.000. Finalmente, tampoco se esconderían bajo subterfugios legales cuando el informe de los propios servicios jurídicos avaló la tramitación de la ILP. Acabar planteando el temor a «las consecuencias que tendría la ruptura de la unidad –española, claro– de mercado», no hace sino elevar a disparate la renuncia de Lakua a ejercer y ampliar el autogobierno en favor de las trabajadoras. Ahora se entiende que el PNV tratase de minimizar el despropósito con un vacuo anuncio el miércoles a última hora.

Ambos socios de Gobierno debieran revisar tanto el fondo como la forma de su rechazo a esta y otras ILP, como la de las pensiones, rechazada en septiembre pese a recabar más de 140.000 firmas. El autogobierno se fortalece y se blinda cuando sirve para mejorar la vida de la ciudadanía, igual que la democracia se consolida cuando es capaz de canalizar y dar respuestas a las demandas de una sociedad movilizada.

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