Skolae; la derecha de siempre, pero otra mayoría

La noticia conocida ayer de que diez personas relacionadas con el programa educativo Skolae tendrán que comparecer el día 14 ante el Tribunal Superior de Justicia de Nafarroa por culpa de denuncias ultras es uno de esas que periódicamente llevan a decir que «Navarra es diferente», o más rotundamente, «cuestión de Estado». Efectivamente, un programa progresista y moderno, que incluye elementos validados por autonomías del PP y que ha recibido galardones en diversos lugares, si se aplica en Nafarroa y desde un gobierno de cambio con impulso abertzale es demonizado y hasta criminalizado.

Esas denuncias no son un hecho puntual ni que quepa minimizar. La consejera de Educación, María Solana, ha tenido que llevar escolta después de ver su despacho asaltado con amenazas basadas en Skolae. Adonde no llegan los anónimos terminarán llegando los gobiernos si la derecha hoy representada por Navarra Suma recupera ámbitos de poder como el Ejecutivo navarro. En ese caso, si no osara cargárselo directamente por su amplio respaldo, siempre podrá recurrir a ese primo de Zumosol llamado Tribunal Constitucional en el que se apoyó el Gobierno Barcina cuando en su recta final estaba tan en minoría que las leyes eran aprobadas generalmente por la oposición.

En pleno proceso de movimientos postelectorales, por tanto, esta ofensiva judicial contra Skolae resulta especialmente clarificadora. Pero no lo es solo porque muestre a las claras cómo plantea contraatacar la derecha. Skolae tiene también su moraleja positiva. Muestra cómo estos cuatro años ha sido posible implantar algunas reformas de calado, auténticamente transformadoras. Y cómo con ello se ha creado una raya divisoria diferente a aquella entre el llamado Régimen y la aspiración de cambio (básicamente abertzale) que había marcado las últimas décadas. Con Skolae están hoy las fuerzas políticas, sindicales y la ciudadanía progresista de Nafarroa; contra Skolae, la derecha más rancia. Y los primeros, no hay duda, son más.

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