Tras el clima emergen las desigualdades

La Cumbre del Clima que se celebra en Madrid termina hoy. Como suele ser habitual en este tipo de eventos, a medida que se acerca el final se diluyen los discursos bienintencionados y surge la necesidad de presentar algún resultado positivo que de alguna manera justifique semejante despliegue de medios. Y con esa presión ambiental que empuja para que, más allá de las palabras, haya también avances, comienzan a hacerse evidentes las larvadas tensiones existentes, aparecen desacuerdos sustanciales y afloran intereses encontrados.

Según informaciones que trascendieron ayer, algunos países serían reacios a agilizar una revisión al alza de los objetivos con el fin de que sean presentados durante 2020, en vez de en 2023 como correspondería según lo firmado en el Acuerdo de París. Se apuntaba, asimismo, que serían los países con mayores emisiones mundiales de gases los contrarios a ese adelanto. Por otra parte, diferentes informaciones señalaban que han aparecido discrepancias sobre la puesta en marcha de los llamados mercados de carbono y sobre las medidas para impulsar la transición energética. En la base de la mayoría de estos desencuentros está la tremenda desigualdad de riqueza y recursos existente entre los países, así como la ausencia de mecanismos reales para una transferencia efectiva de tecnología hacia los países llamados en vías de desarrollo. Porque en el fondo, los países desarrollados no quieren perder su privilegiada posición en el mundo, los países en ascenso quieren seguir reduciendo la distancia que les separa de los países desarrollados, y el resto de países carece de medios tecnológicos, humanos y financieros para poder enfocar su desarrollo sobre unas bases diferentes.

La tragedia que enfrenta el mundo con la emergencia climática no es tanto un problema medioambiental como un desafío sociopolítico. El tremendo desarrollo alcanzado por algunos países se ha logrado sobre el subdesarrollo del resto; o se corrige esa enorme desigualdad o el clima se encargará de poner a la humanidad en su sitio.

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