Una cita importante para encarrilar un asunto vital

La delegación vasca que mantiene desde hace años un canal de comunicación con el Gobierno francés para tratar la situación de los presos y presas anunció ayer que, después de meses de bloqueo, dentro de unos días volverá a reunirse con representantes del Ministerio de Justicia. Una cita a la que acudirá con la preocupación generada por la indolencia institucional, acentuada durante la crisis del coronavirus, pero con la determinación de encarrilar un tema donde las situaciones límite se van acumulando a medida que transcurren los años.
Hay urgencia. No solo porque resulta inexplicable que casi una década después de la declaración de Aiete y de la secuencia de hechos que le acompañaron, con el cese definitivo de ETA como hito principal, la situación en las cárceles se mantenga en parámetros de excepcionalidad para los vascos, sino porque dentro de ese contexto general de vulneración de derechos hay situaciones que no aceptan dilación por el riesgo que acarrean. En este sentido, la sistemática oposición del Ministerio Público a la petición de libertad para Jakes Esnal, Ion Kepa Parot y Xistor Haranburu, cada uno con treinta años de cárcel a sus espaldas, o la situación de los presos enfermos son ejemplo de un modo de proceder al que se aferra un sector de la securocracia gala que hasta el momento ha logrado lastrar los avances que la sociedad demanda y la práctica totalidad de la clase política de Ipar Euskal Herria ha asumido como propios.
Precisamente, esa unanimidad es la mejor carta de presentación de una delegación que partirá con expectativas pero sin certezas, con el ánimo, al menos, de calibrar la hoja de ruta del Ejecutivo. Como preludio, la decisión de desbloquear ese espacio de diálogo es positiva y el contexto es propicio, lleva mucho tiempo siéndolo, pero el precedente inmediato obliga a la cautela. El Gabinete de Macron debe poner sus cartas sobre la mesa, y a sus interlocutores les toca recordarle que no se representan a sí mismos sino a todo un pueblo que exige soluciones. Que las exige ya.

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