Una Justicia envilecida causa un daño irreparable

Cuesta elegir las palabras para describir el modo en que la Justicia francesa está tratando a Ibon Fernández Iradi. Encarcelado desde hace diecisiete años, el lasartearra lleva la mitad de ellos conviviendo con la esclerosis múltiple, una enfermedad grave e incurable que puede ser tremendamente incapacitante en cualquier circunstancia, y que es a todas luces incompatible con cualquier régimen carcelario. Es de puro sentido común darse cuenta de que el tratamiento médico que requiere una dolencia así no puede ser proporcionado en prisión, tanto, que todos los grupos de las Juntas Generales de Gipuzkoa, salvo el PP, reclamaron hace un año su excarcelación. Sin embargo, contra toda lógica no solo legal sino también de carácter humanitario, un tribunal ha vuelto a rechazar la petición de suspender la condena.

La situación de Fernández Iradi es un caso extremo del modo en que están actuando los sectores más bunkerizados de la Justicia gala respecto a Euskal Herria, con otras posiciones lacerantes, como la negativa a liberar a Jakes Esnal, Frederic Haranburu y Jon Parot, a punto de cumplir treinta años en prisión, y es además un ejemplo de la situación que viven los presos vascos gravemente enfermos en los estados español y francés, donde sus derechos son ignorados sistemáticamente. Precisamente ayer, la dinámica Ni Zu Bi anunció que se manifestará el 19 de marzo en siete puentes de Bilbo para reivindicar la vuelta a casa de los presos enfermos, una iniciativa que busca, explicaron, «tender puentes entre diferentes para construir un futuro mejor». Sin embargo, hay sectores interesados en derruirlos todos para mantenernos cautivos del pasado.

Cuesta elegir las palabras, sí, pero algunas salen de carrerilla: venganza, sadismo, saña... Todas harían justicia a la actitud de jueces y fiscales en este caso, aunque todas se quedan cortas para describir un ensañamiento que envilece a sus autores y que, sobre todo, causa un daño irreparable a un ser humano y un dolor inenarrable a su familia.

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