Una política feminista políticamente correcta

El año pasado, en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, cada día una media de 19 mujeres acudieron a la Justicia para denunciar malos tratos por parte de hombres, principalmente sus parejas y exparejas, hasta hacer un total de 7.027 denuncias durante 2017. Casi veinte denuncias diarias, cada día de los 365 de un año. Son datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, dependiente del CGPJ. En Nafarroa el porcentaje de denuncias ha subido un 22,2% y en la CAV un 9%, lo que supone un 11,9% más en el conjunto de estos territorios vascos. Esta tendencia es ya sostenida. El incremento de la media del Estado es del 16,4%, una subida que implica que se denuncia más, no necesariamente que haya más agresiones sexistas que antes. Es decir, implica que la concienciación funciona en el caso de las víctimas, pero no se puede determinar cómo afecta al número de agresiones. Sí se puede inferir que el número de agresiones es muy superior al denunciado y que conforma una realidad trágica. Es un problema social y político de primer orden.

Tras esas significativas cifras se hallan personas, mujeres y menores con vivencias espeluznantes y muchas dificultades añadidas a la propia violencia, derivadas de la desigualdad estructural y del desamparo. El informe muestra, precisamente, que no existe un criterio común a la hora de establecer medidas de protección, puesto que en Nafarroa no se ha negado ninguna mientras que en la CAV un 7%, 63 de 872, han sido rechazadas. El informe ofrece elementos para hacer balance de las políticas públicas y de las medidas legislativas, criterios para mejorarlas.

Con el eco de las masivas movilizaciones del 8M aún resonando, estos datos muestran la dimensión del problema del sexismo y la violencia patriarcal. Interpelan a la sociedad vasca y a sus instituciones. Lo políticamente correcto ahora no es reproducir un discurso aprendido, sino lograr un gran acuerdo partiendo del consenso social alcanzado y que se traduzca en políticas feministas a corto, medio y largo plazo. Cada día que no se hace cuenta por veinte.

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