La jornada ha comenzado con una ceremonia en Caen y ha continuado en en el cementerio más emblemático, el de Colleville-sur-Mer, donde reposan los cuerpos de 9.386 soldados estadounidenses caídos sobre la playa bautizada como Omaha.
El presidente francés, François Hollande, ha defendido durante su discurso en Caen –un acto centrado en el recuerdo a las víctimas de su país– la actuación de su Gobierno en conflictos como los de Mali, República Centroafricana o Ucrania. «Porque Francia conoció la barbarie, hace todo por preservar la paz en todas partes, en África y en las puertas de Europa», ha señalado.
En Colleville ha sido el turno del presidente de EEUU. «El grito de Estados Unidos, nuestro compromiso con la libertad, con la igualdad, con la libertad (...) está escrito con sangre en estas playas», ha subrayado Barack Obama, que ha subrayado que después de sacrificar casi diez mil vidas «nuestra única petición fue tener la propiedad del suelo donde fueron enterrados nuestros compatriotas».
Minutos antes, Hollande había asegurado que «Francia no olvidará nunca lo que les debe a esos soldados, lo que le debe a Estados Unidos. Francia no olvidará jamás la solidaridad entre nuestros dos estados». El presidente galo ha recordado que es natural de la normanda Rouen «una ciudad que quedó destruida durante la guerra. Nuestros abuelos, nuestros padres, nos educaron con la idea de que para que todo cambie no hay que borrar nada».
En estos actos no han estado presentes ni la canciller alemana, Angela Merkel, ni el presidente ruso, Vladimir Putin. La gran ceremonia internacional arranca a las 14.15 en Ouistreham.