Iñaki IRIONDO

El electorado vasco decide más que diputados y senadores

Aunque lo parezcan, las de hoy no son unas elecciones presidenciales, y más allá de los resultados en las Cortes, donde los escaños vascos son poca cosa, habrá también un recuento local de las papeletas. Votos que pueden ser de primarias en la CAV y de reválida del cambio en Nafarroa.

Carteles electorales en Hego Euskal Herria. (ARGAZKI PRESS)
Carteles electorales en Hego Euskal Herria. (ARGAZKI PRESS)

Los 2.286.737 electores de Euskal Herria eligen hoy 23 de 350 diputados y 12 de 266 senadores. Como se ve, poca cosa si se mira únicamente a las Cortes Generales. Aunque todos los votantes de los cuatro territorios eligieran al mismo partido, su capacidad de desequilibrar balanzas no sería muy grande. Dando por hecho que habrá cinco candidaturas que se repartirán esos puestos, no está claro que votar mirando a Madrid sea lo más decisivo.

Sin embargo, esa ha sido la campaña en la que nos hemos visto inmersos. El ecosistema mediático en el que nos movemos los vascos y vascas es enormemente contradictorio: en televisión hemos visto mucho más al líder de un partido como Ciudadanos, al que no hay encuesta que le atribuya ningún escaño en estas tierras, que a cualquiera de los diputados de los grupos que obtendrán aquí mayor representación. Y parece que este esquema nos seduce, puesto que los debates en las cadenas españolas multiplicaron también aquí la audiencia que obtuvieron los emitidos por ETB o Nafar Telebista con los principales candidatos locales.

Pero más allá del impacto que las papeletas de hoy tengan en las distribución de escaños en las Cortes, a nadie se le escapa que tendrán aquí una lectura propia. En Nafarroa se mirará con lupa cuál es la salud de la que gozan las fuerzas del cambio, coaligadas para sostener el Gobierno y juntas también en la candidatura Cambio-Aldaketa para el Senado; pero en pugna electoral para el Congreso. En cuanto a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, teniendo en cuenta que en nueve o diez meses habrá elecciones al Parlamento de Gasteiz, es irresistible la tentación de observar el recuento de votos como una suerte de primarias de esas autonómicas.

Si la aparición de Podemos y Ciudadanos va a revolucionar el mapa electoral en el ámbito estatal, también tendrá sus consecuencias aquí. Por ejemplo, a la hora de comparar la distribución de escaños con hace cuatro años, no se puede dejar de lado que esta vez habrá que repartir entre más, por lo que tocará a menos.

Pero es evidente que no es está la principal incidencia, sino que puede haber cambios más profundos. En mayo, en Nafarroa Podemos y Ciudadanos fueron determinantes para propiciar el cambio de gobierno y la caída del régimen. Unos por los votos que sumaron y otros por los que restaron. Y en otoño de 2016 puede que se dé un seísmo de similares consecuencias en el Parlamento de Gasteiz. Una caída importante del PSE y un ascenso como el que se augura a Podemos puede alterar de forma notable el terreno de juego de la próxima legislatura. Quizá el PNV tenga que lamentar el impulso innegable que desde los medios que controla ha dado a la formación de Pablo Iglesias. En Sabin Etxea no son ajenos a que futuros acuerdos que puedan darse entre formaciones de izquierda que apoyen el derecho a decidir podrían superar en escaños a la actual coalición PNV-PSE.

Y es que todo hace indicar que los todavía principales partidos españoles van a sufrir un importante batacazo en las urnas vascas. Para el PSOE pintan bastos y al PP le salvará la coalición formada con UPN en Nafarroa y que le permitirá la ilusión óptica de que en los mapas pinten de azul ese territorio.

Pero las consecuencias de estas elecciones para el PNV no se limitan a lo que pueda ocurrir después en las autonómicas, sino que es preciso recordar que buena parte de su estrategia se basaba en la confianza en un cambio de Gobierno en Madrid que pudiera abrir la puerta a la negociación y la bilateralidad. Ese escenario parece alejarse y debería tener consecuencias en las posiciones de Sabin Etxea.

También habrá que estar atentos a qué color coge en Euskal Herria el voto de protesta frente al sistema del 78. Si tira de los recuerdos e ilusiones de lo que fue el 15M u opta por la vía que hoy por hoy resulta más rupturista con el modelo de Estado, que es la apuesta catalana por la independencia.

La reivindicación de independencia de EH Bildu está teñida de contenido social y feminista, puesto que reclama el derecho a decidir en todos los ámbitos, desde la perspectiva de que en Euskal Herria las condiciones para un cambio social son mucho mejores que en el terreno de juego estatal.

Lo dicho. Formalmente hoy elegimos 23 diputados y 12 senadores, pero los resultados que salgan de las urnas tendrán consecuencias también en el futuro de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.