NAIZ
GASTEIZ

El barrio gasteiztarra de Zaramaga es desde hoy un museo de la memoria

El escritor Juan Ibarrondo y las artistas Txaro Arrazola, Irantzu Lekue, Sandra Santos, Verónica Werckmeister y Marta Gil han convertido el barrio de Zaramaga en un museo de la memoria. Diversas obras con las que relatan la solidaridad, resistencia y lucha obrera que envolvió los sucesos del 3 de marzo. Las visitas al memorial se prolongarán durante un año y tendrán lugar los sábados y dos días entre semana.

La palabra «justicia» en rojo recuerda la reclamación que alguien escribió sobre el suelo con la sangre de una de las víctimas aquel día. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)
La palabra «justicia» en rojo recuerda la reclamación que alguien escribió sobre el suelo con la sangre de una de las víctimas aquel día. (Juanan RUIZ/ARGAZKI PRESS)

El barrio gasteiztarra de Zaramaga es desde hoy un museo de la memoria gracias a un recorrido artístico que lo dibuja como «un distrito con sueños rojos de cambio social profundo y pesadillas grises por el uniforme policial de quienes mataron a 5 obreros el 3 de marzo de 1976».

El escritor Juan Ibarrondo ha elaborado el guión de esta iniciativa impulsada por la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo, y las artistas Txaro Arrazola, Irantzu Lekue, Sandra Santos, Verónica Werckmeister y Marta Gil han plasmado con obras los valores que caracterizaban al barrio de Zaramaga en 1976: la resistencia, la solidaridad y la lucha obrera.

Familiares y víctimas de aquel 3 de marzo han inaugurado el memorial. Un mural pintado en la pared de un bloque de viviendas recuerda escenas de aquel fatídico día. La palabra «justicia» en rojo recuerda la reclamación que alguien escribió sobre el suelo de Zaramaga con la sangre de las víctimas aquel mismo día.

El mural también deja a la vista de todos un extracto de la grabación policial en la que el jefe de la operación ordenaba gasear la iglesia y los agentes le comunicaban que habían disparado más de 2.000 tiros y que habían contribuido «a la paliza más grande de la historia».

El memorial sitúa la fábrica de Forjas Alavesas, donde ahora se erige un centro comercial, como el corazón del barrio. La obra advierte de que nadie podía prever entonces que los trabajadores de Gasteiz iban a protagonizar un movimiento prácticamente insurreccional que terminaría en sangre.

También recuerda el papel protagonista que jugaron las mujeres en el movimiento huelguístico, ya que llegaron a organizar un partido de fútbol femenino para recaudar fondos con los que abrir cajas de resistencia. «Las obreras destacaron por su espíritu de lucha y capacidad de resistencia», se apunta.

Las visitas al memorial se prolongarán durante un año y tendrán lugar los sábados y dos días entre semana.