La plataforma ciudadana No al embalse Barrón-Añana, formada por vecinos de la Cuadrilla de Añana y colectivos ecologistas, ha reivindicado la paralización inmediata del proyecto de mejora y modernización del regadío en la zona de Valles Alaveses, «y más en contrato del embalse de Barrón». Una polémica infraestructura que inundará una superficie de 60 hectáreas y albergará 4,9 hectómetro cúbicos de agua.

Asimismo, ha instado a la Diputación foral de Araba a que ponga en marcha un proceso participativo con todos los afectados «con el fin de ofrecer toda la información referida al proyecto y a las necesidades de regadío, fomentar la participación pública y buscar alternativa». Además, ha reclamado que se amplíe el periodo de alegaciones, que se cerró el pasado verano.

En una rueda de prensa ofrecida en el centro cívico Aldabe de Gasteiz, Andrés Illana, integrante de Ekologistak Martxan, ha denunciado que la tramitación del embalse se ha realizado de forma «ilegal», ya que no está recogido en el Plan Hidrológico del Ebro, en el que solo se hace mención a una transformación en el regadío.

«Concretamente, se incumple el artículo 4.7 de la Directiva Marco del Agua y el artículo 39 del Reglamento de Planificación Hidrológica, que exigen que los motivos de las modificaciones o alteraciones se consignen y expliquen específicamente en el plan hidrológico de la cuenca», ha explicado Illana, que no descarta emprender acciones legales para evitar la construcción del embalse de Barrón.

Por su parte, Maite Cruz, residente en la zona afectada, ha advertido de que no existen estudios que justifiquen la construcción del embalse. «Todos los datos justificativos del proyecto se basan en estudios del siglo pasado, antes incluso de la aprobación de la Directiva Marco del Agua, por lo que los requerimientos medioambientales que emanan de esta directiva, las necesidades y el interés social y económico son ahora muy diferentes», ha añadido.

Y ha denunciado que el «crecimiento de regadíos que plantea el proyecto, y que parece ser la única política que propone la Diputación, entra en contracción con el planteamiento de la citada directiva y con las tendencias actuales en Europa, que buscan estabilizar y, en algunos casos, restringir los regadíos existentes, tanto por razones económicas como por razones medioambientales».

En este sentido, Txomin Valluerca, integrante de la plataforma, ha alertado de que la construcción del embalse de Barrón supondría la desaparición de una pareja de águila real, espacie incluida en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas; y provocaría la eliminación de 500 metros de una fresneda ribereña eurosiberiana, considerad como Hábitat de Interés Prioritario.

Por último, ha recordado que los impulsores del proyecto, diseñado por la Confederación Hidrográfica del Ebro, «reconocen que con el caudal del arrollo Atiega no es posible llenar el vaso del embalse, por lo que será necesario bombear agua del Omeceillo, con el consiguiente impacto sobre la Zona de Especial Conservación Omecillo-Tumecillo».