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Imanol Harinordoquy cuelga las botas tras dieciséis años como profesional del rugby

Imanol Harinordoquy ha anunciado que se retira cuando termine este temporada. A sus 36 años, cumplidos en febrero, el de Donibane Garazi cuelga las botas tras una dilatada trayectoria profesional que le convierte en el jugador vasco del rugby más laureado de la historia reciente.

Imanol Harinordoquy corre con el balón en su última campaña con el Biarritz Olympique. (Bob EDME)
Imanol Harinordoquy corre con el balón en su última campaña con el Biarritz Olympique. (Bob EDME)

Lo ha confirmado en una entrevista en ‘L'Equipe’. «Sí, por hacerlo simple; a final de temporada paro. La decisión ha llegado de una manera bastante natural, consciente de que ya estaba preparado hace dos años tras una campaña muy complicada en Biarritz, con el descenso y una rodilla realmente maltrecha».

Fue la rodilla la que le apartó del fútbol y le encaminó hacia el rugby. También practicó natación, pelota y judo. Sus primeras touches ganadas, sus primeros placajes llegaron en las filas del equipo del pueblo, el US Nafarroa. Pronto comenzó a destacar y fue internacional con Francia sub 19 y sub 21. En 1999-2000 dio el salto al profesionalismo, a la Section Paloise (Pau).

En 2002 fue convocado por vez primera por la selección absoluta. Debutó el día de su cumpleaños, el 20 de febrero, en un partido del Seis Naciones frente a Gales. Ha jugado 82 partidos con Les Bleus, anotando 13 ensayos. Ha jugado tres mundiales (2003, 2007 y 2011), con sendas cuartas plazas en los dos primeros y un subcampeonato en 2011, perdiendo la final 8-7 contra Nueva Zelanda. En su palmarés están también los tres Grand Slams de 2002, 2004 y 2010.    

En 2004 fichó por Biarritz Olympique. Diez años y 212 partidos con los rojiblancos, con quienes ganó dos veces el Top 14 (2005 y 2006) y finalista de la Heineken Cup en 2006 y 2010. Luego llegaron las vacas flacas, con el remate del descenso en 2004.

«Ya había casi enterrado mi carrera, forzado por las circunstancias. No podía entrenar, correr se convirtió en una tortura. Cuando despiertas tal día siguiente de un partido y necesitas ponerte cuatro bolsas de hielo en la rodilla para sostenerte, cuando tu hijo te pide que vayas a hacer pases en el jardín y no eres capaz de complacerlo, te das cuenta de que hay una vida al margen del rugby», explica en ‘L'Equipe’.

Sin embargo, llegó la oferta del Stade Toulousain y le pudieron las ganas. Con los occitanos, uno de los grandes del hexágono y del continente, ha jugado dos campañas, si bien dosificando mucho los minutos debido a los problemas físicos. Todavía quedan los play offs y no descarta despedirse con un tercer título liguero. Tenía una oferta para seguir en Inglaterra, con Wasps, pero «mi rodilla ya no me lo permite».

Ahora podrá placar a Juan, de 5 años, y a Andrea de 1, en el jardín de casa. Y atender mejor si cabe Les Contrabandiers, su negocio de vinos y otras delicatessen en la Avenida Victor Hugo de Biarritz.