Esta amplia victoria da al Gobierno del Fine Gael vía libre para cambiar la ley y permitir el aborto en todas las circunstancias durante las primeras doce semanas de embarazo y, en casos excepcionales, hasta las veinticuatro.
La asistencia a las urnas ha sido del 64,1%, la más alta desde el referéndum sobre la legalización del divorcio de 1996, después del cual se han celebrado veintiún plebiscitos más.
El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha destacado que Irlanda tendrá «una constitución moderna para un país moderno», y ha destacado que el resultado, inesperadamente claro a favor del «Sí» supone una «revolución silenciosa»:
La nueva ley de interrupción voluntaria del embarazo podría estar en vigor a finales de este mismo año.
A los que han votado «No», Varadkar les ha asegurado que Irlanda «es el mismo país que la semana pasada, solo que un poco más amable, un poco más tolerante y un poco más moral».
‘The Irish Times’ no ha dudado en calificar el triunfo del «Sí» como una «victoria aplastante más allá de cualquier expectativa».
Actualmente Irlanda tiene una de las leyes más restrictivas del mundo sobre el aborto debido a la influencia del catolicismo.