El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, había prometido poner fin a la práctica de devoluciones en caliente; sin embargo, por lo menos 27 personas fueron expulsadas ayer de forma inmediata por la Guardia Civil a territorio marroquí en Ceuta. El ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska afirma que estas no se pueden considerar devoluciones en caliente. Entrevistado en la SER, argumentó que los inmigrantes expulsados no superaron la línea marcada por la Guardia Civil, por lo que considera que «no habían pisado suelo español».
España fue condenada por el Tribunal de Estrasburgo por prácticas similares, ya que la expulsión exprés exige que se verifique la identidad del inmigrante interceptado en la frontera y debe poder defenderse, con asistencia jurídica, ante la expulsión.
Estas últimas devoluciones, las primeras del nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez, se dieron durante la jornada de ayer en la que más de 600 personas cruzaron la valla de Ceuta.