La resolución de la sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-administrativo del alto tribunal fechada el 13 de febrero, ha revocado una sentencia inicial de un juzgado de Bilbo del 14 de setiembre de 2018, que restaba valor probatorio al informe de la Ertzaintza que relacionaba la caída del ciclista con esa imperfección del pavimento y daba credibilidad a un informe pericial de la Diputación que apuntaba otras causas.

El TSJPV ha considerado que la causa de accidente mortal del 30 de octubre de 2015 fue el mal estado de la carretera BI-3524 a la altura del kilómetro 23, dentro del término municipal de Artea, donde el ciclista, de 46 años y vecino de Bilbo, perdió el control de la bici y cayó sobre el asfalto.

En el accidente, el hombre se golpeó la cabeza, que llevaba cubierta con un casco homologado, y sufrió heridas de gravedad, por lo que fue evacuado en helicóptero hasta el hospital de Cruces, donde falleció días más tarde.

El tribunal ha dado la razón a la familia del fallecido en su recurso de apelación, al estimar que la causa del siniestro fue «el mal estado» de la vía y ha obligado a la Diputación de Bizkaia a abonar 182.139 euros en concepto de indemnización, más los intereses.

Según el TSJPV, «no establecer responsabilidad en este caso implicaría una falta de exigencia a la Administración en el cumplimiento de sus tareas, que no debe ser aceptada por este tribunal».

Así, ha concluido que el ciclista no se percató de la existencia de la grieta hasta que estuvo encima, sin tiempo ya para reaccionar.

El TSJPV fijó un plazo de 30 días para recurrir la resolución ante el Tribunal Supremo.