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Guardia

El Consejo Regulador del Rioja espera una añada «memorable»

La cosecha de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja ha finalizado con unos 385 millones de kilos de uva recolectados, de los que 342 son de uva tinta y 43 de blanca, según ha detallado este miércoles su Consejo Regulador, que entiende que puede ser una añada «memorable».

Fiesta de la vendimia en Mañueta, el pasado 15 de setiembre. (Idoia ZABALETA | FOKU)
Fiesta de la vendimia en Mañueta, el pasado 15 de setiembre. (Idoia ZABALETA | FOKU)

De esos 385 millones de kilos de uva recogidos en esta campaña, 187 han entrado en bodega en la zona de Rioja Alta, 109 en Rioja Oriental (en la que se incluyen 8 municipios navarros) y 89 en Rioja Alavesa (que engloba a 18 municipios).

Del total de hectáreas amparadas por la DOCa, 13.389 corresponden a Arabako Errioxa, 27.347 a la zona Alta y 24.590 a la Oriental.

El Consejo Regulador considera que este cierre de vendimia refleja un menor vigor en el viñedo, que se traduce en una cosecha más moderada, condicionada por racimos menos compactos y uvas de menor tamaño, todo ello clave a la hora de garantizar la máxima calidad.

Esta alineación de factores, junto con el sobresaliente estado sanitario, posible por las extraordinarias condiciones meteorologías tenidas a lo largo de la vendimia y muy especialmente durante el mes de octubre, «haría de esta añada algo único».

«Aunque aún es pronto para avanzar resultados, tenemos grandes esperanzas en la cosecha, que podría ser recordada como un año memorable para la historia del vino de Rioja», según el director del órgano de control de la Denominación, Pablo Franco.

Vendimia escalonada

El comportamiento escalonado entre las tres zonas de producción, que ha permitido llegar a los ciclos de maduración sin solapamientos, es otro de los datos que ha destacado Franco, para quien «se ha vendimiado en cada zona conforme a los tiempos que le corresponde en el escalado de una vendimia típica, facilitando así la selección y la entrada de uva en las bodegas».

En su opinión, el buen estado vegetativo del viñedo ha sido clave para lograr alcanzar estos resultados y el importante esfuerzo que han realizado los 14.800 viticultores y 600 bodegas de la denominación, además del operativo de más de 200 técnicos y auxiliares de vendimia que trabajan en el Consejo Regulador.

Ha indicado que «el tesón se traduce en una sensación de optimismo y de trabajo bien hecho» y, «a pesar de haber sido una temporada compleja», no ha habido contratiempos climatológicos importantes, lo que ha permitido lograr ese momento óptimo para la recogida.

Vinos equilibrados

En cuanto a los vinos, ha señalado que las primeras impresiones sobre la calidad son «muy esperanzadoras», dado que «las lluvias se dieron justo en los momentos óptimos y las condiciones vegetativas han sido extraordinarias durante todo el año», lo que podrá permitir obtener «vinos equilibrados con gran intensidad aromática y muy buena extracción de color».

Los primeros descubes muestran una estructura notable, típica de los vinos más tradicionales de Rioja.

Franco cree que «la buena estructura que presentan, junto con su buenísima definición aromática, contribuyen a pensar en que son vinos con un buen potencial para envejecer», por lo que «los vinos de este año prometen».

Destacan el equilibrio entre ph, acidez y alcohol, a pesar de que los últimos días de vendimia, por las altas temperaturas, la maduración se acelerase y remontara algo el grado alcohólico.

«No hay duda de que, según los indicios vistos en el viñedo y, a su vez, lo que los primeros descubes nos están descubriendo, la cosecha 2019 podría ser ‘la cosecha’», ha incidido.

Se trata, ha asegurado, de «una añada que reflejará la verdadera maestría en el manejo de los tiempos por parte de los viticultores y bodegueros».