Ane URKIRI

Ciudades del mundo potencian el uso de la bicicleta y Kalapie tiene un plan aquí

Varias ciudades del mundo como Bogotá, Berlín, Ciudad de México o Nueva York han habilitado carriles-bici temporales con el fin de reducir las concentraciones de personas en el transporte público que puedan aumentar el riesgo de contagios. Kalapie, Asociación de Ciclistas Urbanos de Donostia, ha remitido una propuesta al Ayuntamiento que puede ser aplicable en las ciudades de Euskal Herria.

Un carril-bici ensanchado en Berlín. (Tomas SCHWARZ / AFP)
Un carril-bici ensanchado en Berlín. (Tomas SCHWARZ / AFP)

Esta misma semana hemos visto cómo agentes de la policía municipal o autonómica repartían mascarillas a los trabajadores y a las trabajadoras que acudían a su centro de trabajo en transporte público, con el objetivo de reducir el riesgo de contagios ante el Covid-19.

Es evidente que reducir las concentraciones de personas en el transporte público ayudaría a descender el riesgo de contagio. Y varias ciudades del mundo han partido de esa idea para potenciar el uso de la bicicleta. Están segregando espacios en la calzada para bicicletas o ensanchando los carriles-bici para su uso más masivo, pero en este caso con el fin de reducir las concentraciones de personas en el transporte público que puedan aumentar el riesgo de contagios. Es el caso de Bogotá, Berlín, Ciudad de México o Nueva York.

Se trata de carriles-bici temporales, una medida que algunas ciudades comenzaron a poner en marcha ya a mediados de marzo, pero que puede ser aplicable cuando vuelva la «normalidad» laboral y autobuses, metros y tranvías hagan imposible el distanciamiento social.

Bogotá, por ejemplo, ha habilitado con este fin 22 kilómetros de «bidegorris» durante la pandemia. «La bicicleta, como medio de transporte individual, representa una de las alternativas más higiénicas para la prevención del virus, en particular en esta primera etapa preventiva donde se recomienda evitar el contacto cercano y las multitudes», ha explicado la alcaldesa ecologista de la capital colombiana, Claudia López.

La bicicleta, vehículo principal

A esas referencias que apuntan ser una buena variable para el distanciamiento físico se ha sumado la declaración de la ministra española de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien ha afirmado que están estudiando que la bicicleta se convierta en vehículo principal para así poder mantener la distancia recomendada entre personas.

En base a ello, Kalapie, Asociación de Ciclistas Urbanos de Donostia que agrupa alrededor de 120 socios y socias, ha elaborado un documento y se lo ha remitido al Ayuntamiento donostiarra para afrontar esta nueva situación provocada por el Covid-19. En ese planteamiento, recoge propuestas que pueden ser aplicadas desde ya y aboga también por que estas modificaciones tengan continuidad una vez superada la pandemia.

En aras a potenciar el uso de la bicicleta como vehículo principal en este estado de alerta, Kalapie considera que el Consistorio donostiarra –también es aplicable en otras ciudades o zonas urbanas de Euskal Herria– debe implantar «de inmediato» carriles-bici temporales para uso masivo y seguro. Esto aliviaría directamente la congestión de personas en el transporte público y motivaría a la ciudadanía a moverse activamente.

Asimismo, cree necesaria la reconversión de calles en espacios peatonales, sobre todo aquellas que no dispongan de aceras de anchura suficiente como para garantizar la distancia mínima sugerida.

En el caso concreto de Donostia, ven oportuno la reapertura del servicio Dbizi, para abastecer de bicicletas a los ciudadanos que no dispongan de una.

A la vez que se implantan las medidas previamente mencionadas, ven necesario que desde el Ayuntamiento se realice ​una fuerte campaña para incentivar los desplazamientos únicamente de movilidad activa​, a pie y en bicicleta. 

«Se ha criminalizado su uso»

Gorka Hoyos, miembro de Kalapie, ha explicado a NAIZ que venían estudiando estas propuestas desde el principio del confinamiento «porque al principio parecía que estaba prohibido acudir al trabajo en bicicleta cuando el decreto decía lo contrario».

En otras ciudades se ha potenciado enseguida el uso de la bicicleta, se le ha dado prioridad, y Hoyos considera que tanto en el Estado español como en Hego Euskal Herria, además de no hacer nada, «se ha criminalizado su uso y eso evidencia nuestra forma de vida». Recuerda el capítulo que sufrió con la Ertzaintza un cicloturista en las calles de Bilbo cuando acudía a trabajar. 

Kalapie es parte de la agrupación estatal Conbici, que empezó a promover esta iniciativa a nivel del Estado español. Recogieron unas propuestas técnicas y Kalapie ha hecho las suyas para comunicárselas al Ayuntamiento. Hoyos subraya que ese plan es perfectamente aplicable en otras ciudades y territorios. Por tanto, adelanta que estudian remitir otro documento a la Diputación de Gipuzkoa y también plantean tocar la puerta de Lakua.

Precisa que durante semanas han intentado contactar con el Consistorio para que reconsiderasen el uso de la bicicleta «porque es más saludable, en todos los sentidos, y porque a veces se nos olvida que hay gente que la utiliza para acudir a su lugar de trabajo». Así, en estos últimos días ha sido el propio Ayuntamiento quien les ha pedido este último documento para trabajar conjuntamente.

Replantear la movilidad urbana

Creen que la movilidad urbana debe replantearse, «favoreciendo los desplazamientos cotidianos de forma activa, andando o en bicicleta, de una forma positivamente discriminada».

«En el momento de redactar este escrito, desconocemos cómo será el futuro de la vuelta tras el confinamiento, pero algo tenemos claro: no podemos volver a la situación anterior y debemos planificar como sociedad, como ciudad, un futuro donde un eje principal debe ser la salud de las personas por encima del resto de necesidades», recoge la nota de la agrupación donostiarra.

Al redactar la propuesta también han tenido en cuenta la reducción de la contaminación. Una consecuencia del confinamiento apreciada ya en cantidad de estudios científicos, noticias e imágenes. De hecho, según precisa la asociación, el Ayuntamiento de Donostia está realizando seguimiento de la calidad del aire de la ciudad «y, en una semana, ya se publicaban datos de descensos de partículas contaminantes nunca antes vistos en nuestra ciudad en tan poco tiempo».