Joseba SALBADOR

Muestran por primera vez el tiro de aire de los hornos de cal en Elduain

El Ayuntamiento de Elduain ha mostrado por primera vez el tiro de aire de uno de los hornos de cal o «karobi» recuperados en esta localidad y que ayuda a comprender mejor cómo funcionaban estas instalaciones de fabricación de cal cuya construcción data de los siglos XVII y XVIII.

La alcaldesa de Elduain, Oihana Amundarain, y los miembros de Burdina Taldea, sobre las losas del tiro de aire. (NAIZ)
La alcaldesa de Elduain, Oihana Amundarain, y los miembros de Burdina Taldea, sobre las losas del tiro de aire. (NAIZ)

La presentación la ha llevado a cabo la alcaldesa de Elduain, Oihana Amundarain, y los miembros de Burdina Taldea Ander Otaño y Joseba Urrutia, grupo que se dedica a la recuperación del patrimonio histórico del valle del Leitzaran, en un acto en el que se ha hecho balance de los trabajos llevados a cabo en este municipio guipuzcoano y en el que se han recuperado varios karobis y un molino.

El tiro de aire de los karobis es un elemento del que se tenía conocimiento por los testimonios de los más mayores, pero que nunca se había llegado a sacar a la luz.

En los trabajos de restauración llevados a cabo este verano en el horno del caserío Allanegi, los voluntarios de Burdina Taldea han encontrado y recuperado la totalidad del tiro de aire que, según ha explicado el historiador Ander Otaño, cuenta con una longitud de más de cinco metros y está construido con losas especialmente preparadas para esa función.

Este elemento era imprescindible para poder mantener encendido el karobi durante una semana y alcanzar así la temperatura necesaria para fundir la piedra caliza y fabricar una cal que, en palabras de Otaño, «supuso una importante mejora en las condiciones de vida de los caseríos, ya que con ella mejoraban el rendimiento de los campos, desinfectaban los espacios utilizados por los animales, enlucían las fachadas o lo utilizaban como material de construcción, entre otras utilidades».

Los karobis se construyeron en torno a los siglos XVII y XVIII y estuvieron en funcionamiento durante tres siglos hasta que se dejaron de utilizar definitivamente a mediados del siglo XX con la llegada de las producciones industriales de cal y de otros materiales de construcción.

Para mostrar cómo funcionan estas instalaciones, el grupo Burdina enciende todos los años un calero en Andoain, algo que volverán a repetir el próximo día 3 de octubre en el caserío Ortzaika de esa localidad. El Ayuntamiento de Elduain, por su parte, tiene previsto editar un tríptico para dar a conocer los elementos recuperados a través de una ruta que permita visitar todos ellos.