Imanol INTZIARTE

Al Ejército español no le sirve ninguna de las propuestas para devolver los terrenos de Loiola

Ni Zubieta, ni el alto de Antondegi, ni los terrenos militares de la Hípica, ni Belartza… Ninguna de las alternativas planteadas por el Ayuntamiento de Donostia para que el Ejército español se traslade y libere los terrenos de Loiola satisface a los militares, que se aferran a su actual ubicación.

Los cuarteles de Loiola ocupan una extensa explanada a la orilla del Urumea. (Andoni CANELLADA / ARGAZKI PRESS)
Los cuarteles de Loiola ocupan una extensa explanada a la orilla del Urumea. (Andoni CANELLADA / ARGAZKI PRESS)

Y la noria sigue girando, dando vueltas sin llegar a ningún sitio. La reclamación de que los terrenos que ocupan los cuarteles de Loiola vuelvan a manos de Donostia se pierde en la noche de los tiempos, y ha servido para rellenar programas electorales de todos los colores desde hace décadas. Lo reconocía en la última campaña el alcalde Eneko Goia, cuando asumía que tanto los gobiernos del PP como los del PSOE «no han hecho otra cosa que marear la perdiz».

Pero esta vez iba a ser la buena, y por ello pedía el apoyo al PNV, para que sus votos fueran «determinantes» en el Congreso y el Senado «porque así podremos recuperar algún día para la ciudad los terrenos». Logró su objetivo y los votos del PNV en Madrid, y también los de EH Bildu, vienen siendo hoy por hoy muy importantes para el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

Pero en este tema se pincha en hueso. Han pasado dos años desde la última reunión entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa. Así que tocaba preguntar por el tema. Lo ha hecho en la comisión de Defensa del Senado el jeltzale Luke Uribe-Etxebarria, quien ha remarcado que el acuartelamiento supone un «trastorno urbanístico, económico y social» para Donostia y ha indicado que están «infrautilizados».  

La secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, ha respondido que en estos dos últimos años el Ejercito de Tierra ha analizado los terrenos propuestos por el Consistorio. Primero fueron Zubieta –en Eskuzaitzeta, la zona de la incineradora y de la futura cárcel– y el alto de Antondegi, en Martutene. También se habló de «los terrenos militares de la Sociedad Hípica», y más recientemente se puso sobre la mesa una parcela en Belartza.

Pero ninguna sirve. «No ha sido posible establecer el proyecto que sería necesario para hacer ese traslado, manteniendo los requisitos operativos, de seguridad y de bienestar del personal allí designado», ha zanjado Casteleiro.

«Si a eso sumamos que la fórmula requiere, además de los terrenos, la construcción en las mismas condiciones, con las mismas necesidades, con los mismos establecimientos… Seguimos abiertos a estudiar propuestas. Se requeriría un terreno adecuado, una financiación…», ha añadido.

«Anacronismo que sobra»

Ya con el ‘no’ por delante, Uribe-Etxabarria ha tildado de «anacronismo» unos cuarteles «sobredimensionados» que «no se corresponden con las necesidades estratégicas de la defensa europea, ni con los nuevos tipos de amenazas existentes en pleno siglo XXI, ni con las necesidades de la ciudad». A su juicio, dichos cuarteles «sobran», y además «dentro de unos 3 o 4 años desaparecerá la cárcel de Martutene, con lo que los cuarteles quedarán como un islote en plena trama urbana».  

La respuesta de la secretaria de Estado de Defensa no se ha hecho esperar. «Los cuarteles de Loiola son de vital importancia para el desarrollo de las funciones atribuidas a las Fuerzas Armadas, están plenamente operativos y las ubicaciones alternativas propuestas no han cuplido los requisitos mínimos para su traslado. No están en absoluto infrautilizados y requerimos por eso el traslado en unas condiciones adecuadas», ha sentenciado.

En un par de años habrá nuevamente elecciones municipales, y todo apunta a que la promesa de conseguir que los militares se marchen de esa zona junto al Urumea volverá a ocupar un espacio destacado en los programas.