Los personajes imaginarios de Lynette Yiadom-Boakye llenan de ficción el Guggenheim

Data

23.03.31 - 23.09.10

Lekua

- Bilbo

Imagen de la retrospectiva de Lynette Yiadom-Boakye en Bilbo.
Imagen de la retrospectiva de Lynette Yiadom-Boakye en Bilbo. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

Lynette Yiadom-Boakye (Londres, 1977) pinta retratos sobre óleo o lino de personajes ficticios inmersos en su vida cotidiana. No hay modelos reales en los que basarse, sí mucho trabajo de ‘escritura’ visual, si se puede definir así; mucho estudio del color y la luz, y una manera muy especial de mirar, «una manera de ver las cosas y de ver cómo sintetizas el mundo a través de lo que estás creando», en sus propias palabras.

Como apunta la comisaria de la exposición, Lekha Hileman Waitoler, «es incluso interesante entrar en su obra con poca información». Y dejarse llevar por las historias que nos cuenta. 

El Museo Guggenheim de Bilbo expone desde este viernes ‘Ningún ocaso tan intenso’, una selección de 70 pinturas y dibujos al carboncillo realizados por la artista británica durante los tres últimos años. Una manera de acercarse a la obra de esta artista nacida y residente en Londres, de padres ghaneses, y que cursó estudios de arte en los mejores centros, como la Royal Academy Schools.

Durante la última década, su obra ha sido objeto de exposiciones monográficas en instituciones tan prestigiosas como la Haus der Kunst de Múnich (2015), la Kunsthalle de Basilea (2016) o la Tate Britain (2020/2022). También ha sido galardonada con el Future Generation Art Prize del Pinchuk Art Centre de Kiev, en 2012, y con el 57 Carnegie Prize de Carnegie International, de Pittsburgh, en 2018.

Esta es la primera de las tres exposiciones que dedicará el museo a la obra de otras tantas mujeres artistas en esta temporada: la propia Lynette Yiadom-Boakye, la japonesa Yoyoi Kusama (Matsumoto-Nagano, 1929) y la alemano-venezolana Gego Gertrud Goldschmidt (Hamburgo,1912-Caracas, 1994).

La muestra, que permanecerá en tres salas de la planta segunda del centro hasta el 10 de setiembre, también tiene su historia: estaba prevista para otoño de 2020, pero tuvo que suspenderse por la pandemia. Finalmente, se ha convertido en la primera retrospectiva de esta artista en el Estado español, y también en la muestra internacional en la que se expondrá su trabajo más reciente, inédito totalmente. Junto con Cristina Iglesias, además, Lynette Yiadom-Boakye se convierte en la artista más joven a la que se le ha dedicado una retrospectiva en la pinacoteca bilbaina.

Color e historias

Color e intimidad; historias y mucha técnica escondida. Así se puede resumir la obra de esta artista que, a la vez, es escritora. Y ahí se puede entender mucho de su obra. Hay color en las paredes –dos salas se ha pintado con un tono verde oliva para resultar las pinturas–, color en las capas con la que construye su imaginario y sus cuadros.

Porque Lynette Yiadom-Boakye hace un estudio del cuerpo humano. Pero no académico; sí del ser humano en su cotidianeidad. Los personajes retratados, muchos de ellos, parejas de hombres en posiciones de relajo despreocupado que miran con un cierto orgullo desafiante y desacomplejado al espectador, son imaginarios. No se corresponden con modelos, personajes públicos, amigos o familiares de la autora.

De hecho, cuando empezó a pintar, recuerda ella misma, se le hacía incómodo tener modelos: «Hay algo en tener a alguien posando que me coarta». Aunque la artista no pretende con esta obra reivindicar ninguna causa concreta, sino tan solo retratar a las personas en momentos de soledad, camaradería o intimidad cotidiana, según ha explicado, sí ha reconocido que «siempre hay una intención política en mi obra aunque, en este caso, no era esa mi intención».

Como explica la comisaria Lekha Hileman Waitoler, hay una doble faceta en esta mujer: la de pintora, y la de escritora. Un ejemplo, es el juego que hace con los poéticos títulos de las obras y de los textos que las introducen. La propia autora explica que «a veces escribo lo que no puedo pintar y a veces pinto lo que no puedo escribir. Hay algunas cosas de las que pinto que yo nunca podría expresar con palabras».

Sus obra son óleos sobre lienzo o lino rugoso que retratan a personajes sobre fondos teatrales, la inmensa mayoría de ellos con figuras y fondos en tonos oscuros. Unos cuadros que invitan al espectador a observar cuidadosamente la composición, a adentrarse en los imaginarios relatos visuales.

Kokapena

Museo Guggenheim
Abandoibarra, 2
Bilbo.