Una muestra reflexiona sobre las tecnologías de dominación de los regímenes totalitarios
Data
25.02.22 - 25.05.11
Lekua
Gipuzkoa - Donostia

San Telmo Museoa presenta la exposición ‘Bosques de memoria’, que reflexiona, a través del arte, sobre las tecnologías de dominación de los regímenes totalitarios. Las obras han sido realizadas a partir de experiencias concretas y situadas en el franquismo, como experiencia histórica local. Sin embargo, se proponen también algunos trabajos de otros contextos dictatoriales como Argentina y Chile.
El germen de la muestra es una exposición que se organizó en 2023 en la galería 1 Mira Madrid en la que participaron Clemente Bernard y Ana Teresa Ortega, dos de los participantes en la exposición, a partir de la cual se abrió un espacio de diálogo con otros artistas. El resultado es un amplio abanico de trabajos artísticos que tratan estos temas desde diferentes enfoques. La muestra se abre este sábado y estará expuesta hasta el 11 de mayo.
Comisariada por Mabel Tapia y Mira Bernabeu, la muestra presenta la obra de 21 creadores contemporáneos, de los cuales 7 son vascos. María Rosa Aranega, Taxio Ardanaz, Alán Carrasco, María Amparo Gomar, Iñaki Gracenea, Miriam Isasi, Anna López y Juan Pérez Agirregoikoa son algunos de los autores de diferentes generaciones que presentan piezas en esta exposición.
El visitante también encontrará piezas artísticas pertenecientes a tres archivos, el Archivo de los Benedictinos de Lazkao, el Archivo C.A.D.A. de Chile y el Archivo Graciela Carnevale / Tucumán Arde de Argentina. Las obras han sido prestadas por los propios artistas –algunas de ellas han sido producidas por San Telmo Museoa para esta muestra–, excepto una que pertenece a la colección del propio museo. También se han incluido algunos fotolibros de la colección de Gabriela Cendoya que custodia el museo.
‘Bosques de memoria’ refleja cómo el arte, a través de sus herramientas, asume roles como testigo y constatador de traumas y cuestionamientos, visibilizando y compartiendo experiencias para subsanar.
Tres estratos
En palabras de la comisaria Mabel Tapia –Mira Bernabeu no ha podido asistir a la presentación–, «todo régimen totalitario se construye y sostiene poniendo en práctica tecnologías de dominación y control social. Estas tecnologías van a operar en al menos tres estratos o dimensiones que construyen y moldean un orden social donde el poder se perpetúa».
El primer estrato está relacionado con una doble forma de control. «La producción, por un lado, de perversas y coercitivas formas de complicidad-empatía con el sistema y la generalización de formas de represión, castigo y muerte, por otro. Para que el régimen totalitario se consolide y opere en el seno de una sociedad, debe establecer una poliédrica y precisa ingeniería de captación, silenciamiento, disciplinamiento, destrucción y muerte. Así, mientras extermina o ‘reeduca’ cualquier disidencia, el poder totalitario se afirma y extiende promoviendo el individualismo, embistiendo contra la esfera social, como contra todo espacio común o colectivo, debilitando paulatinamente o eliminando directamente el tejido socio-político y comunitario».
Por lo que respecta al segundo estrato, es evidente «cómo el poder totalitario se ampara de las propias estructuras del Estado ejerciendo un control unívoco y absoluto de las mismas. Las instituciones como juzgados, cárceles, presidios pero también escuelas, iglesias, asilos, hospitales psiquiátricos se vuelven instrumentos de ese poder. A los que van a sumarse otras estructuras como campos de trabajo forzado o esclavo, campos de concentración y exterminio, paredones y fosas comunes, cuarteles policiales y militares, que constituyen espacios de represión contra la diferencia política, religiosa, racial o sexual».
Un tercer estrato se manifiesta en el despliegue y la movilización de formas simbólicas tanto en la producción de monumentos, el vaciamiento de políticas culturales como en la producción de todo tipo de significantes que apuntan a generar una suerte de consenso –o al menos un silencioso pacto– de validación o tolerancia social del régimen pero también de celebración del mismo.
«Estos estratos se conjugan y operan simultáneamente. Sus consecuencias y alcances perviven más allá del propio tiempo de ejercicio de ese poder. Es decir, sus trazos, sus huellas materiales e inmateriales siguen presentes en las generaciones que suceden», ha recalcado Tapia.
La exposición indaga en cómo la práctica artística, desde sus herramientas específicas, se ampara, visibiliza, asume tantas veces el rol de testigo, tantas el rol de constatar, de dar cuenta, de reinstalar en la esfera pública cuestionamientos y traumas como modos de compartir y de subsanar.
Interrogantes
La muestra no pretende ofrecer afirmaciones definitivas ni cerradas y plantea muchas más preguntas que respuestas. Lanza al aire preguntas como ¿de qué manera desde el arte, se aporta una reflexión sobre las diferentes dimensiones de las tecnologías de control social? ¿Cómo se transforma una sociedad bajo un régimen totalitario? ¿Cuáles son las huellas que imprime en toda sociedad? ¿Cómo las asumimos? ¿Cuántas historias se cubren y descubren con ellas? ¿Qué relatos nos dejan? ¿Qué relatos disputamos? ¿Cómo la práctica artística se ampara y da cuenta de ello?
«‘Bosques de memoria’ habla de la memoria, pero sobre todo habla del presente, porque lo que mueve a quienes participan en ella es la configuración del propio presente», ha indicado Mabel Tapia este viernes. «El bosque es un ecosistema vivo que contiene las memorias ancestrales del mundo y condensa el trabajo que el presente puede hacer junto con el pasado para imaginar otros futuros posibles», ha manifestado en relación al título.

‘Los bosques se alejan, se acercan... Los artistas participantes han osado a dejarse atravesar por las historias», ha señalado Tapia.
Por el recorrido expositivo desfilan imágenes de monumentos franquistas que perduran en el tiempo, como el Valle de los Caídos, el Arco de la Victoria de Madrid y el Monumento a los Caídos de Iruñea, fotografías de restos inhumados de fosas comunes de la Guerra del 36 y de grafitis realizados en prisiones y campos de concentración.
Un mapa del Estado español elaborado con restos de las losas que cubrían las fosas comunes, obra de María Amparo Gomar, y una serie de piezas similares a maquetas de proyectos para edificar prisiones que no se llegaron a construir de Iñaki Gracenea, pueden verse también ‘Bosques de Memoria’.
También destaca el ‘Herbario resistente Rosa Luxemburgo’, una obra que da presencia a la veintena de mujeres fusiladas en Paterna (Valencia). Sus fotografías se vinculan a las plantas que emergen décadas después en dichas fosas.
Durante la visita realizada a la exposición, Tapia ha subrayado el hecho de que una nueva generación de creadores esté «repensando y reconectando con la memoria y con las historias de otros que han construido esta sociedad probablemente porque este presente nos está desafiando en cómo ciertas tecnologías están operando en relación al control y la dominación social».
El horario de visita es de 10.00 a 20.00, de martes a domingo. Entradas online y en taquilla.
Kokapena
Museo San Telmo
Plaza Zuloaga, 1
Donostia. Gipuzkoa